GARA
DONOSTIA

Las cajas-collage de Rosa Valverde cuelgan de las paredes de San Telmo

Figuritas de porcelana, de plástico, prendas de ropa, tejidos, papeles pintados, flores y musgos artificiales. Todo tiene cabida en las cajas-collage de Rosa Valverde, su creación «más íntima y personal». La muestra nos invita a adentrarnos en el universo de una artista que, «entre variantes surrealistas, transitó de forma muy libre por poéticas diversas» con el humor y la ironía como ingredientes fundamentales.

Las cajas son la obra más «íntima y personal» de Rosa Valverde en opinión de la comisaria de la muestra, Isabel Sagües.

La exposición dedicada a la creadora donostiarra Rosa Valverde, fallecida en 2015, se podrá visitar hasta el 13 de marzo en el Laboratorio de San Telmo. Complementa la exposición “Baginen bagara”, abierta en noviembre de la mano de Haizea Barcenilla y Garazi Ansa. Tiene entre sus objetivos el de visibilizar a las artistas de nuestro entorno, cuyas obras forman parte de la colección permanente de la pinacoteca.

La obra de Valverde se ha vista con anterioridad en el museo. Esta muestra coincide con la incorporación de obra de esta autora a las colecciones del museo.

Sagües ha dedicado una intensa labor a localizar estas piezas, de las que ha hallado un centenar, aunque calcula que existen unas 120. De ellas, ha elegido 52 para la exposición “Rosa Valverde. Arte Kaxak. Cajas de Arte”.

Para «conectar mejor» con ellas, la comisaria recomendó en la presentación de ayer contemplar primero una imagen mural del estudio de esta pintora, dibujante y grabadora, así como un vídeo de 7 minutos que también se encuentran en la sala.

A partir de ahí, el visitante se adentrará en el universo de una artista que, «entre variantes surrealistas, transitó de forma muy libre por poéticas diversas». Sus cajas, de madera en su inmensa mayoría, contienen objetos diversos que, «puestos en común», le dan a la obra esa «dimensión poética».

Figuritas de porcelana, de plástico, prendas de ropa, tejidos, papeles pintados, flores y musgos artificiales son parte de esas cajas que, en el caso de Valverde, produjo muy por encima de las de otros artistas que han experimentado con esta forma de creación.

«Son objetos que en sí, sueltos, carecen de valor. Son objetos encontrados, regalos de amigos o hallados en bazares y mercadillos. Seleccionados por la sensibilidad de la artista y guardados como un tesoro, estuvieron en las estanterías de su estudio hasta que encontraron su sitio en una caja, donde están colocados a modo de un collage en tres dimensiones creando una narración emocionante, poética, a veces demoledora», destacó la comisaria. Es en la combinación de esos objetos, que responde a una estética y un lenguaje muy concretos, cuando surge la emoción. «Se trata de un lenguaje propio, sin prejuicios, elaborado desde una actitud de absoluta libertad, en el que el humor y la ironía son un ingrediente fundamental. Estas creaciones en ocasiones evocan lo kitsch o se sirven de lo cursi en un afán incisivo, para crear un contraste», remarcó.

Valverde abordó también cuestiones «duras» relacionadas con la mujer, como se puede observar en una de sus cajas, titulada ‘Cáncer de mamá’, donde se ve la fotografía de una paciente mastectomizada entre pétalos de rosa. «Sus creaciones en ocasiones evocan lo ‘kitsch’ o se sirven de lo cursi en un afán incisivo, para crear un contraste», indicó Sagües. En el recorrido por la sala el visitante puede ver colgadas las cajas dedicadas a sus hermanas, a sus amigas de la infancia, a sus sobrinos y a su madre.

«No contaba lo que quería explicar con una determinada caja, o lo que significaba. En realidad, ni ella misma podía explicarlo o no podía hacerlo de una manera explícita, ya que las cajas están hechas desde un lugar en el que es difusa la frontera entre lo racional y lo irracional», puntualizó Sagües.

En consecuencia, la comisaria invita al visitante a que «abandone» el propósito de «ir entendiendo todo» cuando se acerque al mundo particular de Rosa Valverde, hija del pintor Antonio Valverde y que se relacionó con artistas guipuzcoanos de la vanguardia como Vicente Ameztoy y José Llanos.

«Cuando Rosa Valverde hablaba sobre sus cajas (o sus cuadros), lo hacía relatando aspectos que rodeaban a la obra. Generalmente se trataba de alguna anécdota sobre el origen de alguno de los objetos o relataba una historia que ella misma creaba sobre la caja una vez ya terminada esta. (...) Las cajas parten desde unas pulsiones alimentadas por todo su bagaje de emociones, pasiones y actitudes que son el origen de todas sus creaciones. (...) Desgraciadamente, hoy Rosa Valverde ya no está entre nosotros para contar las historias de las cajas de esta exposición. Pero a través del análisis de la documentación de su archivo y acudiendo a mi todavía fresca memoria, he tratado de ‘ilustrar’ algunas cajas con algunos comentarios o pequeños relatos, para arrojar algo de luz que acompañe al espectador en esta exposición», señala Sagués en el catálogo de la muestra.