La mayoría de los afiliados al sindicato de transportistas vascos Hiru reunidos en asamblea extraordinaria ayer por la mañana en Altsasu acordaron apoyar el paro indefinido convocado por la Plataforma de Defensa del Transporte a partir del próximo lunes. La huelga también será secundada por la asociación de autónomos Tradisna, ante una situación que consideran «insostenible».

La envergadura de la protesta apunta a que tendrá consecuencias en la actividad industrial de Hegoalde y, muy probablemente, generará desabastecimientos de algunos bienes en los hipermercados. La magnitud del impacto dependerá de la duración de la misma.

Según indicó Hiru, en esta asamblea se constató la necesidad de revisar las tarifas del transporte según el incremento del precio del gasoil por lo menos cada quince días o un mes, y hubo voces que reclamaron una revisión semanal.

«La situación es crítica, la subida del precio del combustible ha hecho que el coste del transporte no sea asumible», manifestó el portavoz de Hiru, Alberto Núñez Corral. Con los carburantes a este precio, «no hay margen para la rentabilidad, y en algunos casos, ni siquiera para cubrir gastos».

El gasoil, a fecha de este sábado, está por encima de 1,9 euros y la gasolina, en muchas estaciones de servicio, roza los dos euros el litro. Ayer, numerosos vehículos de particulares asustados por la subida de los precios, hacían cola para repostar.

La huelga del transporte que arranca el lunes incluirá otro tipo de movilizaciones y protestas en busca de la intervención de gobiernos de Hegoalde: el martes en Iruñea habrá una marcha desde Galar hasta la sede del Gobierno navarro y, el miércoles, la cita será en Gasteiz desde Langraitz Oka a Jaurlaritza en Lakua.

La movilización afectará a todo el estado, ya que también tomará parte de ella la Plataforma para la Defensa del Sector de Mercancías por Carretera. «El 90% de las empresas de transporte –medianas y pequeñas– nos encontramos en una situación económica de quiebra total. Y las condiciones laborales son de total precariedad en todos los sentidos. Consecuencias que pagan de manera directa todos los conductores asalariados a los cuales defenderemos en las demandas exigidas», apuntó el colectivo el pasado día 5.

Desde Fenadismer (la asociación de carácter estatal de la que forma parte Tradisna y que también secunda el paro) «el precio del combustible ya representa más del 50% de los costes de explotación de la actividad, sin que en estas circunstancias de absoluta volatilidad y, de alteración irracional del mercado de los carburantes, puedan los transportistas repercutir dichas subidas».

El paro es una medida de presión que tiene como objetivo directo incidir en el Plan Nacional de medias urgentes que ultima el Gobierno de Madrid a la hora de plantar cara a las derivadas económicas de la invasión de Ucrania y las sanciones.

No obstante, el Plan difícilmente solucionará de raíz el problema ya que, como denuncia Hiru, en la mayoría de las ocasiones, el transportista se encuentra solo a la hora de negociar con su cliente el alza de los precios de su trabajo. Solo mediante una acción decidida de control de los precios del carburante se puede dar una respuesta que ayude a todos los profesionales.