La impresión crítica cada vez tiene que ver menos con la del espectador, y se debe a que el público joven llega virgen a ver una determinada historia en la pantalla, pero al cronista de oficio la mayoría de las veces le suena repetida. La cosa llega a tanto que hasta los temas de la banda sonora y su utilización te la conoces y la reconoces, porque en “La protegida” (2021) se incluye el tema “Feeling Good” cantado por Nina Simone, que ya estaba exactamente metido igual en “La asesina” (1993), película de John Badham protagonizada por Bridget Fonda, que a su vez era un remake de “Nikita” (1990), creación de Luc Besson al servicio de Anne Parillaud. Los arreglos orquestales originales de los años 60 transmiten una sensación genérica de producción de espionaje bondiana, por lo que así se compensa la falta de localizaciones obligatoria en el cine de acción con pretensiones cosmopolitas, que por la presente se reducen a Londres, Vietnam y Bucarest.

Londres y Dan Nang son más determinantes en la trama, debido a que la protagonista procede del país asiático y cuenta con una librería en la City como actual tapadera para sus actividades criminales. Está claro que Richard Wenk escribió el guion pensando en Maggie Q., cuya madre es vietnamita. De niña fue adoptada por un mercenario convertido en su mentor, y a quien da vida Samuel L. Jackson. La relación paternofilial y delictiva es la misma que podía haber entre Eric Bana y Saoirse Ronan en la película de Joe Wright “Hanna” (2011).

De idéntica forma que la tensión sexual no resuelta que empareja al veterano Michael Keaton con la joven Maggie Q, mientras se enfrentan entre si en bandos rivales, es calcada a la que mantenían Brad Pitt y Angelina Jolie en la cinta de Doug Liman “Sr. y Sra. Smith” (2005). De por medio hay una venganza que se remonta tres décadas atrás, si bien el casi octogenario Martin Campbell no profundiza en el traumático pasado de ella.