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El alumnado migrante segregado se cree menos capaz y menos euskaldun

Steilas presentó ayer el estudio elaborado junto con Ikusbide bajo el título «La segregación escolar del alumnado de origen migrante en Vitoria-Gasteiz», que evidencia las diferencias entre el alumnado de los centros educativos segregados y no segregados. El sindicato destacó, además, que la CAV presenta uno de los índices más altos de segregación escolar en el Estado español y que esto guarda relación con las escuelas concertadas y privadas.

En un contexto en el que la futura Ley de Educación ha centrado el debate sobre la segregación escolar en la agenda educativa y política de la CAV, el sindicato Steilas ha puesto de manifiesto el alcance de este problema con el estudio “La segregación escolar del alumnado de origen migrante en Vitoria-Gasteiz”, elaborado junto con Ikusbide.

Esta investigación, centrada en la capital alavesa, pero que Steilas cree extrapolable a toda la comunidad autónoma, concluye que la CAV presenta uno de los índices más altos de segregación escolar en el Estado español, a pesar de ser la séptima con la tasa más baja de inmigración. A su vez, tiene uno de los índices más altos de Europa en escuelas privado-concertadas. Lo que demuestra, a juicio del sindicato, que los fenómenos segregación y escuela privada o concertada están «estrechamente relacionados».

«La ecuación es muy sencilla: en países con una escuela pública fuerte, apenas existe la segregación escolar. Sin embargo, en países con amplia implantación del modelo privado-concertado, los índices de segregación se disparan», remarca Steilas.

El estudio concluye que es en los centros segregados, donde el 83,8% del alumnado es de origen migrante, donde se concentra la mayor cantidad de estudiantes en situación de pobreza. Y la percepción de elementos discriminatorios, el nivel de satisfacción con los centros educativos o las expectativas de futuro del alumnado de los centros segregados no son las mismas que las de los que estudian en las escuelas no segregadas.

En este sentido, y atendiendo a la razón de género, las alumnas han vivido, en mayor proporción que los alumnos, situaciones y actitudes de rechazo por motivos raciales. Y respondiendo a por qué hay centros segregados, ellas, en una proporción mucho mayor que ellos, perciben que la discriminación procede de quienes no se consideran migrantes hacia quienes son de origen foráneo.

Punto de partida

El alumnado con progenitores de origen extranjero parte sin duda con desventaja respecto a los demás. El porcentaje de progenitores con estudios superiores de las escuelas no segregadas (65%) casi dobla el de los progenitores de los centros segregados (35%), lo que influye en el rendimiento de los alumnos y alumnas que cursan la ESO.

Además, el 65,8% del alumnado migrante afirma tener algún problema económico, frente al 23,6% del alumnado no migrante. Lo mismo sucede entre el alumnado segregado y el no segregado: el 57% de los segregados afirma tener problemas económicos frente al 26,8% de los no segregados.

El estudio también aporta otros datos: el 60% de los alumnos de origen migrante, en los centros no segregados, se identifica como vascos y/o españoles. Está identificación baja 16 puntos en los centros segregados.

Asimismo, apenas el 10% del alumnado segregado de origen migrante siente el euskara como algo propio. Sin embargo, más de la mitad de la juventud de origen migrante en centros no segregados considera esta lengua como propia.

Cabe destacar que tan solo el 8% de los alumnos y alumnas encuestadas en Gasteiz considera el euskara como su primer idioma.

Expectativas de futuro

Entre otros datos que se extraen de la investigación, destaca que casi el 60% de los estudiantes de los centros no segregados valoran como buenos o muy buenos sus resultados académicos, mientras que en los centros segregados este porcentaje desciende en veinte puntos.

Respecto a sus expectativas de futuro, en los centros no segregados el 61,5% quiere seguir estudiando para acceder a la universidad, porcentaje que entre quienes estudian en centros segregados se reduce al 45,6%. Sin embargo, la opción de seguir estudiando para acceder a formación profesional es mayor en centros segregados. La voluntad de abandonar los estudios es relativamente baja, pero se da con mayor frecuencia en los centros segregados (7,9% con respecto al 1,4% en los no segregados).

También existen diferencias en cuanto a su intención futura respecto a los estudios entre chicos y chicas. El volumen de alumnas que manifiestan querer acceder a la universidad es un 17,6% superior al de ellos. La proporción de alumnos que quieren finalizar 4º de la ESO y hacer Formación Profesional se invierte, pasando a ser un 16,3% superior entre los chicos con respecto a las chicas.