Jon ORMAZABAL
ELECCIÓN DE MATERIAL PARA LA FINAL DEL PAREJAS

Como ir a pasar la ITV

Pocos actos hay más rutinarios y anodinos que ir a pasar la ITV del coche. Se va, se pasa y, salvo que a uno le toque algún empleado con mal día, se vuelve a casa con la única seguridad de que el año siguiente, por las mismas fechas, deberá volver a pasar por el mismo protocolo. Algo similar está sucediendo, de un tiempo a esta parte, con las elecciones de material, que se siguen realizando, sobre todo, como una especie de ritual cada vez con menos contenido.

Pronto se cumplirán cinco años desde que, en vísperas del Manomanista de 2017, las empresas de la LEP.M tomaron la decisión de adelantar el apartado de los lotes de las semifinales y final varias semanas, con tal de que la elección se realice atendiendo a las características del frontón, no a las de los protagonistas de estos partidos. En menos de un lustro, la medida ha rebajado a su mínima expresión la polémica en torno al material, una controversia tan antigua como el propio deporte, pero que ha hecho que una liturgia como la de las elecciones de material vayan perdiendo contenido a pasos agigantados. Al margen de profesionales realizando sus habituales tareas, apenas una decena de curiosos se acercaron ayer al Bizkaia y los propios pelotaris ahondaron también en esta sensación de «burocratización» al saltar a la cancha sin tacos con los que proteger sus manos. Julen Martija fue el único que protegió su derecha con tal de golpear el cuero contra la piedra, esencia de este deporte.

A todo esto hay que sumar un cambio de fechas en el apartado que también parece venir para quedarse, ya que si hasta ahora las elecciones para las finales venían realizándose históricamente los jueves, esta vez fue un miércoles la fecha escogida por las empresas. Y es esta última la razón esgrimida por los protagonistas para explicar su comportamiento. En el caso de los de Aspe, Jokin Altuna apuntó que el cambio sí que les ha generado variaciones en su habitual hoja de ruta hacia el día D, que entrenaron fuerte el lunes y que tienen previsto volver a hacerlo hoy y que por ello prefirieron dar descanso a sus manos ayer, si bien Martija no tuvo problemas en cubrirse su derecha para elegir las que mejor le entraban en la mano.

Táctica clara

En el caso de los de Baiko, ninguno de los dos golpeó las pelotas que se encontraron en el cestaño y fue Gorostiza el que se encargó de lanzar las pelotas contra el frontis, una práctica que, por otro lado, ya habían empleado durante las semifinales, con aparente éxito. Además, Laso e Imaz aprovecharon el viaje para ejercitarse en el Bizkaia antes de la elección y como no es aconsejable estar mucho tiempo con los tacos puestos, optaron por quitárselos.

Así pues, con la primera preselección realizada la última semana de febrero, la elección de los seis cueros con los que se jugarán las finales el domingo se realizó sin demasiados sobresaltos, si bien en el aire quedó la sensación de que Laso e Imaz echaron en falta pelotas algo más vivas. «Estaban elegidas desde hace tiempo y parecían algo más bajas de lo que ha habido otras veces pero luego es verdad que en el partido se calientan y son completamente distintas» apuntó Unai Laso.

El de Bizkarreta-Gerendain fue bastante más claro al hablar de sus intenciones el domingo al explicar que «queremos evitar a Jokin Altuna, atrasar la pelota y para eso necesitamos pelotas rápidas. Dos de las de ellos son bastante más bajas para llevar el juego adelante o para endurecer el partido y las nuestras son más vivas».

En el otro lado de la moneda, Jokin Altuna llegó incluso a felicitar al seleccionador Martín Alustiza por su labor y mostró su conformidad con un lote «similar al que hemos tenido durante todo el campeonato».

Por eso de mantener el protocolo y la tradición, todavía muy presentes en este deporte, habrá que apuntar que Altuna y Martija se decantaron por tres pelotas de 104,3; 105,1 y 104,8 gramos y Laso-Imaz por otras tres de 104,7; 104,1 y 104,1.