Daniel GALVALIZI
ELECCIONES AUTONÓMICAS ANDALUZAS

Tensión entre Díaz y la cúpula de Podemos tras la pifia en Andalucía

Los problemas en la inscripción de la plataforma Por Andalucía dejaron fuera a la formación morada y suman un nuevo capítulo en la tensión entre las diferentes familias a la izquierda del PSOE. Los «pablistas» y el propio Iglesias, enconados con una vicepresidenta, Yolanda Díaz, que mira a otro lado.

Desde finales del año pasado, las diferencias entre los principales dirigentes de Podemos y la vicepresidenta del Gobierno español, Yolanda Díaz, vienen in crescendo. Más allá de algunas cuestiones programáticas, como la poca ambición en la reforma laboral, la cuestión central es el proceso de construcción de una nueva marca electoral que trascienda a los morados y sirva de plataforma para el proyecto de la exsindicalista gallega.

Pero lo acontecido en Andalucía ha provocado una nueva eclosión que ya empieza a preocupar a algunos líderes morados. Con motivo de las autonómicas del 19 de junio se conformó el primer frente amplio de la era Díaz, llamado Por Andalucía y tejido entre seis fuerzas, con Podemos, Izquierda Unida y Más País entre las principales. Pero la negociación fue llevada hasta el límite de la medianoche del viernes pasado y las prisas provocaron que los morados no llegaran a presentar la firma en tiempo y forma.

La Junta Electoral de Andalucía rechazó esta semana el escrito de subsanación presentado por Podemos y la última palabra la tendrá la Junta Electoral Central. Esto ha disparado también las disputas entre los morados con IU y los errejonistas, no solo por las esquirlas que han quedado de una negociación que llegó entre formaciones aliadas a nivel estatal a un extremo inentendible, sino por las subvenciones partidarias y su reparto. Al quedar jurídicamente fuera Podemos, ahora deberán acordar en forma privada la distribución de fondos.

En territorio andaluz es donde IU se siente en mejor correlación de fuerzas para negociar con su socio de Gobierno, porque allí es donde tiene la mayoría de sus afiliados. De hecho, salió ganando: Podemos renunció a su candidato, Juan Antonio Delgado, a cambio de encabezar las papeletas en seis de las ocho provincias y, por eso, la aspirante a presidenta del espacio es la exdirigente de CCOO Inma Nieto. Por segunda vez, el ministro Alberto Garzón (líder de IU y diputado por Málaga) rechazó ser candidato a presidente autonómico, como lo hizo también hace 14 meses para Madrid.

La voz de Pablo Iglesias. La vicepresidenta del Ejecutivo español fue quien propuso a Nieto como candidata y apoyó el acuerdo, jugando en el tablero a favor de IU. Esto fue como volcar sal en la herida de una dirigencia en Podemos que viene acumulando un sabor amargo con Díaz y su estrategia de construcción individual.

Pablo Iglesias, quien escogió como sucesora a Díaz, suele decir lo que las ministras Irene Montero y Ione Belarra no pueden debido a su rol institucional. Tras conocerse el patinazo jurídico de la plataforma de izquierdas en Andalucía, el exvicepresidente sostuvo en su columna radial en la SER que esta suerte de frenteamplismo de Díaz «empezó de la peor manera posible».

«Podemos dar por muerto su proyecto si se repite lo de Andalucía. Esto no puede volver a pasar», opinó Iglesias, quien lamentó que la candidatura no se dirimiese en unas primarias. Iglesias, despojado de todo cargo político e institucional pero siendo aún una voz escuchada por las bases de la izquierda española, ha manifestado lo que muchos altos cargos de Podemos dicen en voz baja.

El secretario general de uno de los Podemos autonómicos más importantes explicó fuera de micrófono a GARA que «hay cierta disconformidad con la forma de construcción» de Díaz porque «no hay diálogo y está muy por su cuenta. No se objeta a Yolanda ni su trabajo como ministra, pero sí la manera en la que está preparando su plataforma. Incluso se entiende lo que quiere mostrar (su desmarque de la marca Podemos, más desgastada) y el acercamiento con otras formaciones, pero debería respetar más a quienes han construido antes para que ella esté donde está».

«Hay que cuidarse más entre todos». El mismo alto cargo subraya que la idea de la formación morada es seguir «apostando a un frente amplio con todos», pero que «hay que cuidar más los espacios y no dejar heridas». También comenta que dentro de Podemos hay un sector que cree que Pablo Iglesias debe moderar las críticas a Yolanda Díaz. «Hay que cuidarse más entre todos», insiste.

Uno de los integrantes del equipo más cercano a la vicepresidenta, que trabaja en su área de comunicación política y discurso, admitía a GARA que los movimientos de Díaz eran estratégicos y que el objetivo es mostrarla como una dirigente moderada, menos disruptiva y que trasciende a Podemos. Con la mira puesta en las elecciones generales, claro.

El foco de Díaz está puesto en hablar de una «discusión ciudadana» y un «proceso de escucha» que exceda a los partidos, aunque Montero y Belarra suelen recordarle en declaraciones públicas, sin nombrarla, que la herramienta en este sistema para llegar al Gobierno son los partidos políticos.

Por el momento no hay indicios de que la tensión vaya a bajar y los resultados del 19J andaluz, con un holgado triunfo de las derechas, no presagian que vayan a facilitar las cosas.