El Gobierno español aprobó ayer el borrador de la futura Ley del Aborto, un primer trámite al que deberán seguir otros hasta que finalmente llegue al Congreso y pueda materializarse. Con todo, y a la espera del resultado final, el texto contempla cambios significativos respecto a la ley vigente, firmada por el Gobierno de Zapatero en 2010 –que despenalizó el aborto por completo hasta las 14 semanas de embarazo– y modificada en 2015 por el del PP. Poner sobre la mesa los derechos reproductivos de las mujeres en plena ola ultraconservadora es uno de los valores de este proyecto.

Entrando a las concreciones, destaca como medida principal devolver a las jóvenes de 16 y 17 años el derecho a poder abortar sin el permiso de sus progenitores, prohibición que había introducido el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Asimismo, plantea blindar este derecho en todos los centros públicos del Estado, siempre respetando el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales. Otro punto sustancial de la reforma es el reconocimiento por primera vez del derecho a la salud menstrual, regulando como incapacidades temporales especiales las bajas por reglas dolorosas. Entre otros aspectos introducidos están también el refuerzo del acceso a la anticoncepción o eliminar el «plazo de reflexión» de tres días establecido para las mujeres que desean interrumpir su embarazo. Se queda en el tintero el IVA reducido a productos menstruales, así como abordar a fondo la cuestión de la gestación subrogada.

Frente a ofensivas antiabortistas alimentadas por sectores ultraconservadores como las vistas recientemente en las calles de Donostia o, atravesando el oceáno, en el intento de revocar el derecho al aborto en Estados Unidos, es necesario seguir luchando por los derechos y libertades de las mujeres, rompiendo tabúes sobre la salud sexual y reproductiva y trabajando por una educación que garantice valores de respeto e igualdad en las generaciones presentes y futuras.