EDITORIALA
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Dar con los desaparecidos, una prioridad general

México acaba de alcanzar la cifra de 100.000 personas desaparecidas desde que comenzaron a elaborarse estadísticas en el año 1964. Una cifra descomunal que deja al descubierto la enorme violencia que atraviesa la vida social del país. Tanto el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidieron ayer un mayor esfuerzo al Gobierno para encontrar a las personas desaparecidas y terminar con la angustia de los familiares; al mismo tiempo, consideraron fundamental acabar con la impunidad. En este sentido, basta señalar que en todo este tiempo solamente 35 casos han terminado con una condena judicial.

Sin lugar a dudas, ambas cuestiones son clave para poner coto a las desapariciones. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, señaló que su Gobierno hace todo lo que puede y apuntó al expresidente Felipe Calderón, que entre 2006 y 2012 desencadenó una guerra contra el crimen organizado, como el mayor responsable de las tremendas cifras de desaparecidos. Bien es cierto que las guerras no suelen terminar nunca bien, y mucho menos cuando se pretende resolver con ellas problemas sociales cuya superación pivota mucho más sobre la equidad y la justicia que sobre la coerción y la violencia. En cualquier caso, la responsabilidad que pudieran tener ejecutivos anteriores en la situación actual no exime a los actuales gobernantes de sus obligaciones.

Además de las terribles cifras de personas desaparecidas, en México se han contabilizado más de 33.000 homicidios anuales durante los últimos tres años. El país vive atrapado en una situación de violencia generalizada, consecuencia de aquella «guerra contra el crimen organizado». Superar esta situación exigirá muchos esfuerzos en diversos campos, pero entre las prioridades, sin duda, está la búsqueda de las personas desaparecidas.