Amaia U. LASAGABASTER
UEFA WOMEN CHAMPIONS LEAGUE

El Olympique retoma su reino

El equipo francés supera a un Barcelona irreconocible para ampliar su leyenda conquistando su octavo título de Champions League.

BARCELONA 1

OLYMPIQUE DE LYON 3


Dos años después de su último título y tras rearmar un nuevo proyecto, el Olympique recupera su trono. Y lo hace a lo grande, derrotando al mejor equipo del mundo. El «de la historia» sigue en manos de las francesas, que superaron al poderosísimo Barcelona para agrandar su leyenda, conquistando su octavo título de Champions League.

Fue el Olympique el que hizo irreconocible al equipo catalán, que para la media hora ya había encajado tres goles. Merecidamente porque las fenottes impusieron su juego desde el pitido inicial. Con la suerte de adelantarse pronto en el marcador pero con el infortunio de perder casi con tanta rapidez a Carpenter por lesión, anularon por completo a su rival.

En el cinco, y sin que las catalanas hubieran enlazado aún más de dos pases, Henry marcaba un golazo desde fuera del área. Intentó reaccionar el Barcelona pero Rolfö, ocasionalmente, fue la única capaz de superar la presión de un rival que, con el trabajo colectivo pero excepcionalmente decisivo de Henry, Horan y Hergerberg, secó a Patri Guijarro y Alexia y, por extensión, a todo el Barcelona. Un equipo que se vio muy sobrepasado, como no lo había hecho en toda la temporada, y que a los 23 encajaba el segundo, con la firma de Hegerberg.

Sandra Paños evitó que la noruega anotara otros dos antes del descanso. Pero no pudo hacer nada ante el remate de Macario, que firmaba el 0-2 recién superada la media hora.

La final empezaba a parecerse a la de 2019. Pero este Barcelona no es el de Budapest y, aunque desde entonces no ha vuelto a verse con tres goles de desventaja en el marcador, era demasiado pronto para darlo por muerto. Más aún después de que Alexia recortara distancias aprovechando una asistencia de Graham Hansen, casi desaparecida hasta entonces, y el resbalón de Buchanan, justo antes del descanso.

El Barcelona regresó mejor de vestuarios. Su rival, más replegado, intranquilo por la reacción de las catalanas y pagando quizá el esfuerzo del primer tiempo, sufrió. Y tuvo que recurrir al manual completo del «otro fútbol» –con cierta colaboración de la colegiada, que perdonó la segunda amarilla a Hegerberg– para que las catalanas se desesperaran buscando un gol, con más corazón que claridad, que no llegó.