Marta Díez, Esther Lakasta y Oihane Jordana
Coordinadora de Sortzen, alcaldesa de Basaburua y LAB Irakaskuntza de Nafarroa
KOLABORAZIOA

Pacto social por la educación en Navarra

Con el inicio de año, el Consejo Escolar de Navarra estableció un proceso para la elaboración de un Pacto Social por la Educación con los agentes educativos que formamos parte del Consejo. Una propuesta que, dada su importancia, acogimos con esperanza y muchísimas ganas.

Es fundamental que la educación responda a los retos que la sociedad demanda asumir y, por tanto, nos resulta imprescindible que, teniendo en cuenta la realidad sociocultural, lingüística y demográfica de Navarra, se desarrolle un pacto de educación de calidad y orientado al futuro, que sirva de base para una nueva futura Ley de Educación propia de Navarra.

Sin embargo, consideramos que no hay deseo real ni para iniciar un proceso ambicioso ni para dar los pasos necesarios que nuestro sistema educativo necesita. Tanto el punto de partida propuesto para elaborar el pacto, así como la metodología empleada y los plazos establecidos para su confección, dejan mucho que desear.

Para empezar, el borrador que el presidente del Consejo Escolar propuso como punto de inicio no parte de la realidad navarra. Al contrario, se trata de un documento consensuado en 2016 por el Consejo Escolar de la Comunidad de Aragón. Creemos que el punto de partida debería ser un diagnóstico compartido basado en el informe que cada año recoge los datos del sistema educativo navarro y, a partir de ahí, consensuar con toda la comunidad educativa las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas del sistema educativo de Navarra y, de esta manera, buscar las respuestas que necesita la educación en Navarra.

En lo que corresponde a la temporalización, seis sesiones en cuatro meses son los tiempos marcados por el Consejo Escolar para la elaboración del borrador de algo tan importante como un pacto educativo, donde los representantes de los distintos agentes educativos, en ocasiones, hemos tenido que realizar aportaciones sin tener la posibilidad de contrastar nada con las organizaciones a las que representamos.

Con todo esto, en una de las sesiones mostramos nuestra disconformidad hacia los tiempos establecidos y, a pesar de que en un principio el Consejo mostró disponibilidad a flexibilizar el proceso, recibimos un correo electrónico diciendo justo lo contrario, que seguíamos adelante con la propuesta inicial, por lo que todo seguía igual. El 8 de marzo, las representantes de LAB, Sortzen y FNMC nos reunimos con el presidente del Consejo Escolar y le hicimos llegar todas nuestras inquietudes respecto al Pacto, pero tampoco hubo cambio alguno.

El 9 de marzo tuvimos la última sesión para elaborar el borrador del pacto y, ahora, al recibir el borrador, hemos comprobado que prácticamente ninguna de las aportaciones realizadas en el grupo en el que hemos participado están reflejadas, por lo que no creemos que este sea un proceso serio que aporte soluciones reales a los retos que tiene el sistema educativo de Navarra. Por ello, hacemos un llamamiento a la comunidad educativa de Navarra para que impulse un proceso que pueda ser fructífero.