En la recta final a las elecciones legislativas francesas, la primera ministra y, a su vez, candidata en esos comicios, Elisabeth Borne, concretó ayer en qué consistirán las nuevas medidas para compensar los efectos de la alta inflación.

Borne hizo saber que el próximo setiembre los hogares con ingresos modestos recibirán una prima para compensar la subida de los precios, fechas en las que el Gobierno de Emmanuel Macron contempla poner en marcha un dispositivo de apoyo a personas «que hacen muchos kilómetros».

De partida, «se tratará de una ayuda de urgencia, que se abonará en la cuenta corriente, de una sola vez, y en una cuantía que tendrá en cuenta el número de hijos por familia», detalló la primera ministra. Previamente enunció otra medida, que entraría en vigor en fecha aún por concretar y que figuraba ya en el programa electoral de Emmanuel Macron, que consiste en un «cheque alimentario» destinado a fomentar el consumo de productos locales y biológicos.

Han pasado ya dos años desde que Macron diera a conocer esa propuesta y aún no ha visto la luz. De hecho, los dispositivos contra la inflación y para paliar la actual escalada de precios de los combustibles se harán realidad antes de ese «cheque alimentario».

Para compensar la subida del precio de los carburantes, el Gobierno francés contempla ampliar hasta finales de agosto la rebaja de 18 céntimos por litro de gasoil o gasolina, y anuncia ayudas para las personas que deben hacer muchos kilómetros por actividades cotidianas.