Ramón SOLA
DONOSTIA

Sagardui sigue intentando desdecirse y pide suspender la movilización del día 26

La consejera de Salud de Lakua, Gotzone Sagardui, siguió ayer con la rectificación iniciada el sábado tras la tormenta desatada por el anuncio de su plan de recortes en la atención primaria. Continuó negando lo que está grabado y pidió a los sindicatos que suspendan la movilización convocada para el próximo día 26.

Sagardui el viernes en un acto de graduación.
Sagardui el viernes en un acto de graduación. (Oskar MATXIN | FOKU)

La consejera de Salud del Gobierno de Lakua, Gotzone Sagardui, dijo ayer que comparecerá en el Parlamento para garantizar que Osakidetza seguirá siendo pública y no se desmantelará. «No hay ni plan de recortes ni plan de privatización», aseguró en una entrevista a Onda Vasca, recogida por Europa Press, en la que avanzó en la rectificación iniciada el sábado tras el escándalo social producido por sus anteriores declaraciones.

La secuencia es conocida: en su intervención el miércoles en un foro privado, Sagardui se quitó la careta e instó a ciudadanía a prepararse para un nuevo enfoque «cultural» de la sanidad en el que entrarían elementos como ambulatorios sin médicos y la necesidad de desplazarse para ser atendido. El jueves dijo que realmente no había señalado nada nuevo. No obstante, al mismo tiempo intentó negar que se hubiera referido a la atención primaria.

En este contexto, los sindicatos se reunieron y decidieron convocar una movilización en defensa de la sanidad pública para el día 26 en Bilbo.

Llegado ya el sábado, Sagardui cambió la estrategia 180 grados y comenzó a pasar a argumentar que en realidad sus palabras habían sido malinterpretadas, un intento vano puesto que están grabadas y son públicas. En esta línea, ofreció declaraciones a EiTB para negar la mayor: que vaya a haber un cambio de modelo en Osakidetza. La novedad de ayer consiste en que dice estar dispuesta a ir al Parlamento para desdecirse. Y que además interpela a los sindicatos para que suspendan la movilización y rectifiquen su postura.

Queda claro que en el Gobierno Urkullu crece el temor del impacto de esta cuestión, con unas elecciones forales y municipales al fondo del próximo curso. Reconoció que la pasada semana fue «complicada» para ella porque sus manifestaciones sobre las actuaciones a abordar «no se han interpretado correctamente».