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LONDRES

La huelga ferroviaria se hace notar en la economía británica

Las estaciones de trenes de Inglaterra, Gales y Escocia, así como las del metro de Londres, permanecieron ayer cerradas o no operativas por la huelga que secundan los trabajadores del sector en demanda de mejoras salariales, lo que tiene un fuerte impacto en la economía.

La estación de Waterloo, en Londres, cerrada.
La estación de Waterloo, en Londres, cerrada. (Ben STANSALL | AFP)

Gran Bretaña vive esta semana la mayor huelga de trenes en más de treinta años, después de que el Sindicato Ferroviario, Marítimo y del Transporte (RMT) convocase una ‘medida de fuerza’ para ayer, para mañana y el sábado en demanda de mejoras por parte de la gestora pública de la infraestructura Network Rail y los operadores privados de las líneas.

Debido al cierre de estaciones del metro de Londres, ayer se formaron largas filas en las paradas de los autobuses urbanos, mientras que la demanda de taxis fue importante y se recomendó a los usuarios evitar viajar en la medida de lo posible. En Londres, hubo un servicio muy limitado de trenes del metro, ya que la mayor parte de las líneas no estaban operativas.

Además, la medida de fuerzas por parte de los trabajadores coincide con los exámenes que realizan durante este mes los alumnos de enseñanza secundaria.

El ministro británico de Transporte, Grant Shapps, se negó ayer a reunirse con los sindicatos. «Normalmente no me reúno con ellos porque es una pista falsa. Si pensara que hay una probabilidad de uno en un millón, haría una mínima diferencia, por supuesto, lo haría en un abrir y cerrar de ojos», comentó.

El Gobierno de Boris Johnson indicó que tiene intención de presentar pronto un proyecto de ley para obligar a los operadores a ofrecer servicios mínimos en las huelgas, lo que ahora no ocurre.

La huelga ferroviaria supondrá un elevado coste para la economía británica, sobre todo para el sector de la hostelería, que estima una pérdida de 500 millones de libras (580 millones de euros).

La consejera delegada de UK Hospitality, Kate Nicholls, que agrupa al sector de la hostelería, señaló ayer que sienten «el impacto de la huelga de trenes, tanto para sus trabajadores que no pueden ir a trabajar como, lo que es más importante, para los clientes que no pueden viajar».

«Muchos cierran pronto o no abren durante los días de huelga, lo que significa que nuestros empleados no pueden trabajar», añadió.