Las izquierdas vascas se encontraron ayer en las galerías de sus trincheras. «Si no vamos juntos no ganamos, ya está. Se acabó el debate». Arnaldo Otegi trasladó a la mesa estas palabras que le dijo un tupamaro y que recogen la necesidad de un frente amplio de izquierdas a nivel global y en Euskal Herria.

Porque aunque en Uruguay quizás tengan este debate superado, las izquierdas europeas mantienen su inercia casi identitaria de responder «de manera parcial, fragmentada y atomizada» a los desafíos políticos y sociales, apuntó Javier Madrazo en el coloquio que se celebró ayer en el Kursaal bajo el título ‘Euskal Eredua. Nuevas Mayorías’. Esa manía de «podar permanentemente el árbol para buscar su pureza y al final el árbol se pudre».

Lo cierto es que la acumulación de fuerzas progresistas, en opinión de los cuatro participantes de la mesa del Kursaal, es necesaria, más aún en el contexto actual nefasto, de guerra, de crisis climática, proliferación de la ultraderecha, cambios del paradigma geopolítico-militar. Por ello, dijo Otegi, «la seguridad va a ser el factor fundamental y esa es la labor que tiene que hacer la izquierda». Una izquierda que, a juicio de Zabaleta, debe primar las tres ‘ces’: «Comprensión, credibilidad y certezas».

«Frentes amplios...»

Lo nefasto del contexto no quita que haya oportunidades reales de alianzas progresistas en el Estado español -el Gobierno de coalición como prueba, sostuvieron los ponentes- y en Euskal Herria. «169 parlamentarios [en Madrid] son de izquierdas, mayoría absoluta. Se podría haber hecho mucho más con una mejor colaboración. Pero veo difícil que podamos estar en una situación tan buena en cuanto a aritmética parlamentaria», enfatizó Manuel Díaz de Rábago.

El expresidente de la sala de lo social del TSJPV también cree posible un frente progresista en la CAV que dé cobijo «a las cuatro izquierdas»: EH Bildu, Elkarrekin Podemos, PSOE y «la izquierda abstencionista». «Ese es el campo más amplio que tiene en estos momentos la izquierda. Y ese es el que debemos ganar», reiteró.

Si el punto de partida es asumir que el frente izquierdista es posible, la jugada sería acotar los consensos. «Frentes amplios, programas de mínimos», reivindicó Otegi.

El «gris» del PNV y la cobardía del PSOE

Ese frente, a juicio de Gemma Zabaleta, no debiera ser tanto «una suma de gentes y de siglas», sino «un proyecto amplio»: «Eso quiere decir que tiene que dar cabida a toda la gente que se puede sentir de izquierdas y que pueda encontrar allí empatía y cobijo ideológico y se pueda sentir vinculada a ese proyecto».

Madrazo añadió que «el reto es conseguir una fuerza política que sea capaz de representar a la izquierda vasca plural: independentista o no».

Porque la cuestión de la soberanía, la plurinacionalidad o el derecho a la autodeterminación de las naciones en el Estado español es una cuestión a la que darle salida inexorablemente si el horizonte es un frente de izquierdas. EH Bildu ya apoyó en la investidura al PSOE, pero este no desenreda el problema nacional. Esto responde, dijo Zabaleta, a la «falta de valentía» del Ejecutivo de Pedro Sánchez, porque, añadió más tarde Madrazo, «la izquierda tiene oportunidad de avanzar y profundizar sobre el Estado plurinacional».

En cambio, no se avanzará, siguió Javier Madrazo, con el «Gobierno gris, mediocre» que lidera el PNV en la CAV. De ahí la necesidad, insistieron los cuatro, de una izquierda vasca unida que, según dijo Díaz de Rábago, debería encabezar EH Bildu -porque presume que tendría la mayoría de votos entre los partidos de la izquierda-. En la misma línea, Zabaleta sentenció: «No hay alternativa política en nuestro país sin EH Bildu».