Los mercados van digiriendo el aumento de las perspectivas de una entrada en recesión de forma sorpresiva. Ayer, así parecía entenderse con las subidas de las bolsas de uno y otro lado del Atlántico, que dejaron de lado las nuevas señales de una constante desaceleración del crecimiento y se sintieron arropadas por la débil caída de la rentabilidad de la deuda. El Ibex puso fin a una racha de tres días en rojo con un salto del 1,70%, hasta los 8.244,10 puntos. Este avance le permitía cerrar la semana con una subida acumulada del 1,21%. En lo que va de año pierde un 5,39%. Los inversores constataron, otra vez, que la probabilidad de recesión sigue ganando terreno. Ayer, se conoció que el Estado español tan solo crecía un 0,2%, una décima menos de lo esperado, en el primer trimestre, cuando en el anterior periodo alcanzó el 2%. También Alemania sigue sumando indicios de ralentización de su economía. Según el indice IFO, la confianza empresarial bajaba este mes hasta los 92,3 puntos, desde los 93 puntos de mayo. Las bolsas europeas también se anotaron fuertes ganancias. París subió un 3,23%, Fráncfort, un 1,59%, Milán, un 2,33%, y Londres, un 2,68%. En Wall Street, superado el impacto inicial negativo de las comparecencias de Jerome Powell en el Senado y el Congreso, volvieron a mandar las subidas. A la hora del cierre en Europa, los índices principales sumaban más de un 2%. En el Ibex, Indra se desplomó un 14,76% tras el cambio de consejeros tutelado por el Gobierno español. Fluidra (+6,25%), Acciona Energía (+4,05%), Acciona (+3,32%) y Colonial (+3,21%) fueron los valores más alcistas.