Rusia y China vuelven a marcar la agenda de una cumbre internacional. Esta vez la de las siete mayores economías del planeta (G7), que se reúne hasta mañana en Alemania con la guerra en Ucrania y sus consecuencias económicas, tanto en el precio de la energía como en la crisis alimentaria, como eje principal, y de la que saldrá un plan de infraestructuras para combatir la influencia de China y se trazarán nuevas sanciones contra Rusia.

Ante el alarmante estado de la economía, Olaf Scholz (Alemania), Joe Biden, (EEUU), Emmanuel Macron (Estado francés), Mario Draghi (Italia), Justin Trudeau (Canadá), Boris Johnson (Gran Bretaña) y Fumio Kishida (Japón) -con Ursula Von der Leyen y Charles Michel como invitados por parte de la UE-, prometieron una respuesta unida.

Pero mientras Biden y Johnson avanzaban una determinación compartida por el G7 por endurecer las sanciones a Moscú, desde la UE se recordaba que había que velar porque estas no reviertan contra quienes las dictan.

Biden ya había lanzado antes su propio mensaje por Twitter: «Junto con el G7 anunciaremos la prohibición de la importación de oro ruso, una importación mayor que genera decenas de miles de millones de dólares a Rusia» y con la que, dijo, financia su guerra contra Ucrania. La idea es compartida por Johnson, que busca la suma del resto de miembros del G7, incluidos los tres socios europeos, que, aunque ya abordan ampliar las sanciones, deberán acordarlas en el seno de la UE.

Lo que sí lanzaron los líderes del G7 ayer es un gran plan de infraestructuras, impulsado por EEUU, para contrarrestar el avance de China.

La iniciativa “Colaboración por la Infraestructura Global y la Inversión” busca impulsar el desarrollo en aliados de ingresos bajos y medios, fortalecer la economía global y la cadena de suministros. Pretende movilizar 600.000 millones de euros hasta 2027, entre otras cosas para instalar un cable submarino de fibra óptica desde Singapur al Estado francés, pasando por África.

La idea del G7 es ser una alternativa a la nueva Ruta de la Seda, que busca mejorar y modernizar las infraestructuras y telecomunicaciones entre Asia y Europa.

Nuevos ataques rusos contra centros militares en Ucrania

Horas antes del inicio de la cumbre del G7 en Elmau y a tres días de la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid, con la guerra en Ucrania centrando la agenda, Rusia realizó ataques en el norte y oeste del país, incluida la capital. Según Moscú, los objetivos fueron una fábrica de armas en Kiev y no un área residencial, como denunció su alcalde, Vitaly Klitschko, que informó de una muerte. El Ministerio ruso de Defensa informó también de un «ataque masivo» con armas de alta precisión y misiles Kalibr contra centros de instrucción militar en Chernigov, Zhitomir y Leopolis.

Las fuerzas ucranianas proseguían ayer conteniendo la ofensiva del Ejército ruso sobre la ciudad de Lisichansk, su último bastión en la región de Lugansk, mientras las tropas de Moscú se concentraban para avanzar hacia Sloviansk, en la vecina región oriental de Donetsk, también en el Donbass.GARA