La muerte por asfixia de 53 migrantes en un camión en Texas, entre ellos 27 ciudadanos mexicanos, 14 hondureños, siete guatemaltecos y dos salvadoreños, no es la mayor tragedia de la historia. En Austria, en agosto de 2015, se encontró un camión abandonado que contenía los cuerpos de 71 inmigrantes iraquíes, sirios y afganos. Más cerca en el tiempo, en Gran Bretaña, en octubre de 2019, un total de 39 inmigrantes vietnamitas fueron encontrados muertos en un camión con remolque en Essex. Pero EEUU está conmocionado por las circunstancias y la escala de la tragedia de Texas. El país suspira por las vidas de varios niños encontrados en el camión y que aún están en el hospital en estado crítico. Y las informaciones sobre los detalles de cómo ocurrió y cómo opera la potente industria del contrabando de personas en la frontera con México han encendido aún más los ánimos.

Pena de muerte,

el conductor del camión podría enfrentarse a ese castigo si es declarado culpable de los cargos de contrabando y conspiración, y según documentos judiciales estaría alegando en su defensa que no sabía que el aire acondicionado había dejado de funcionar. Cuatro de las personas de origen mexicano han sido detenidas y no se descartan nuevos arrestos.

Anteayer, la oficina del sheriff del condado de Bexar encontró un camión aparentemente abandonado en un área residencial a unas pocas millas al norte de donde se encontró el primer vehículo. Cerca de 13 migrantes fueron rescatados de su interior sin que preliminarmente, ninguna persona sufriera lesiones graves».

El pasado mes de mayo se batió el récord de 239.000 migrantes detenidos al cruzar la frontera México-EEUU, especialmente el Río Grande, que se convierte en frontera entre el estado de Texas y los estados del norte de México de Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas. Un dato que informa de la escala que ha tomado la industria del contrabando de personas.