La película arranca con el lametón que un cachorro propina a un bebé, una escena cotidiana que adquiere una relevancia especial porque esta se desarrolla en el lejano y desaparecido planeta Krypton y quien recibe el saludo de su pequeña mascota no es otro que Kal-El, que en su posterior viaje al planeta Tierra, será conocido como Superman.

Sellado el vínculo entre perro y humano, “DC Liga de Supermascotas” cumple con su requisito principal de entretener al público y, teniendo presente quiénes son sus protagonistas, se esfuerza mucho más en contentar a los más pequeños que a sus adultos acompañantes, mucho más acostumbrados a las peripecias heroicas de Superman, Batman y el resto de personajes de la factoría DC.

Superman y su perro Kripton ya se encuentran en edad más adulta y su relación adquirirá una nueva perspectiva a sabiendas que Superman-Clark Kent, pedirá el matrimonio a Lois Lane.

En esta tesitura, entra a escena una antológica mascota-supervillana que pertenece a otro supervillano que los más adultos reconocerán de inmediato. La villana en cuestión es una conejita de indias que sirviéndose de Kryptonita, logrará despojar a Superman de sus poderes; un proceso en el que Kryto también perderá los suyos.

Capturado junto al resto de La Liga de la Justicia, Superman y Batman, Wonder Woman, Aquaman, The Flash, Linterna verde y Cyborg desaparecen de escena, delegando todo el protagonismo en Kryto y a una troupe de animales que pertenecen al resto de superhéroes. Divertida y con ritmo, la película goza de un acabado técnico impecable, detrás de su realización se encuentra la factoría Animal Logic, encargada de animar las películas de Lego.