Carlos GIL ZAMORA
Analista cultural

Bajo la higuera maduran las dudas

Estos atardeceres horneados por una temperatura abusiva provocan charlas que como estratocúmulos van dibujando tormentas de dudas. ¿Existe una Euskadi vaciada? Y como se trata de revolotear sobre esas realidades cambiantes por temporadas, la cuestión derivó en algo clásico a la vez que contemporáneo por omisión. ¿Está la población rural tratada con el mismo esmero cultural que la que vive en localidades de mayor relevancia demográfica?La pregunta botó, rebotó, se estiró en divagaciones estereotipadas, alcanzó valor de consigna, volvió a bajar a los principios básicos del concepto de cultura democrática y se concluyó que todo depende del cristal con que se mira. Una gran mancha aceitosa se convierte en una nebulosa y si se admite, aunque sea a regañadientes, que la televisión y sus plataformas sirven suficiente material cultural audiovisual, entonces deberemos mirar a otras estadísticas. Si hay cobertura, hay alguna posibilidad. Una renuncia.Pero la cultura en vivo, en directo, las artes escénicas y musicales de primera categoría, ¿son una oportunidad exclusiva para urbanitas, o deberían tener su configuración específica para abarcar lo periférico y hasta lo rural? No hay una repuesta absoluta para tantas variantes. Lss dudas que crecen bajo la higuera.