Martxelo DIAZ
DONOSTIA
CRISIS EN LA DERECHA NAVARRA

La grieta en la coalición Navarra Suma no deja de agrandarse

La reedición de Navarra Suma como coalición en las elecciones de la próxima primavera aparece cada vez más complicada. Las relaciones entre quienes fueron socios son cada vez peores y no parece que les importe mostrarlo en público. Javier Esparza, incluso, la ha dado por «finiquitada».

Esparza da por finiquitada la coalición.
Esparza da por finiquitada la coalición. (Idoia ZABALETA FOKU)

La reedición de la coalición Navarra Suma, que en las pasadas elecciones municipales agrupó a UPN, PP y Ciudadanos, cada vez aparece más complicada. No es algo nuevo, pero los representantes de los distintos partidos que formaron la coalición muestran sus desavenencias de manera pública de forma cada vez más indisimulada. Todo ello cuando quedan escasos meses para unas elecciones forales y municipales.

El último de ellos ha sido el presidente de UPN, Javier Esparza, que, en declaraciones a la agencia Europa Press este lunes, acusó al PP de «dar por finiquitada unilateralmente la coalición Navarra Suma».

Esparza respondió de este modo al vicesecretario de Organización del PP, Miguel Tellado, que en una entrevista previa a “Abc”, dijo, entre varias cuestiones más, que en Nafarroa el PP «lo único que se plantea» es presentarse bajo sus siglas y que, eventualmente, UPN podría sumarse a una coalición liderada por el PP, sobre el que debería articularse la derecha tanto en el Estado como en Nafarroa.

Manejar como en el Estado

Estas manifestaciones han amargado a Esparza las fiestas de Agoitz. «Es evidente que el PP da por finiquitada Navarra Suma y con ello, de forma unilateral y a través de los medios, rompe el único proyecto que había sido capaz de unir al centroderecha en toda España», señaló.

El malestar de Esparza con el PP puede entenderse si se tiene en cuenta que en Nafarroa la formación de la derecha españolista que más apoyo electoral tiene es UPN. El PP parece que quiere manejar esta cuestión como ha hecho tradicionalmente con otros partidos «regionalistas» como el Partido Aragonés, en el que el local era el «hermano pequeño». En Nafarroa, la correlación de fuerzas es diferente y el PP bastante tiene con no desaparecer de las instituciones. «Esto es de Primaria de política en Navarra», fue la expresión utilizada por Esparza para definir esta situación.

Diferencias respecto a 2019

«Esto es como si a mí se me ocurriera decir que en España la unión del centro derecha se tendría que hacer en torno a UPN. Cualquiera pensaría que, más allá de los colores, vivo en otro planeta. Pues esto es lo mismo», insisitió.

El resquemor de Esparza con el PP se percibe también cuando señala que «UPN fue muy generoso con el PP en el año 2019. Renunciamos a nuestras siglas y acogimos en ese momento a un PP en horas bajas porque pensábamos que era lo mejor para Navarra» y avanzó que los órganos de dirección de UPN tomaran una decisión al respecto después del verano.

En las elecciones al Parlamento navarro y municipales de la próxima primavera, Esparza liderará de nuevo el intento de UPN para volver a gobernar en Nafarroa, tras quedar fuera por la constitución de los ejecutivos liderados por Uxue Barkos y María Chivite. Una tercera derrota provocaría, sin duda, más fisuras en la derecha navarra. El alcalde iruindarra Enrique Maya, por su parte, sigue sin aclarar si volverá a presentarse en la capital navarra.

Los desencuentros entre PP y UPN en Nafarroa no son nuevos. En mayo, sin ir más lejos, Ana Beltrán no tuvo mejor ocurrencia que decir que el PP no descartaba incluir en su seno a los expulsados Sergio Sayas y Carlos García Adanero para posteriormente renovar Navarra Suma. Para ello, no parecía la mejor idea meter el dedo en el ojo a Esparza, responsable político de la defenestración de los diputados que rompieron la disciplina de voto en el debate sobre la reforma laboral. En cualquier caso, el peso de Beltrán en el PP se ha difuminado tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la dirección estatal.

Panorama diferente

Las desavenencias entre UPN y PP no son las únicas muestras de las malas relaciones que existen en la derecha españolista en Nafarroa. La tercera pata de la coalición, Ciudadanos, prácticamente ha desaparecido del panorama político estatal. La senadora que obtuvo Ciudadanos en la coalición Navarra Suma, Ruth Goñi, se marchó del partido para refugiarse en el Grupo Mixto. La continuidad de este partido en Nafarroa se antoja complicada, cuando menos.

La expulsión de Sayas y García Adanero y su decisión de articular un «movimiento político» al que se resisten en llamar partido es otro de los elementos que han enturbiado las aguas de la derecha navarra. De momento, se han presentado en sociedad arremetiendo contra Pedro Sánchez y EH Bildu y criticando también a UPN por una supuesta equidistancia y falta de vigor ante «las rupturas de España y Navarra» que solo ven sectores extremistas. De momento, se sigue sin saber si se presentarán a las elecciones y, en caso de hacerlo, a qué fórmula recurrirán.

Sayas y Adanero han recibido el aplauso de Vox, tanto en el Congreso de los Diputados como en Nafarroa. La presencia de esta nueva formación ahonda más en la división de la derecha españolista. Su resultado es una incógnita, pero no hay que olvidar que en las elecciones al Congreso obtuvo buenos resultados en localidades de Erribera. La mezcla de españolismo rampante y la criminalización de la inmigración puede tener su público también en Nafarroa.

Juntos o separados, mal o mejor avenidos, el reto de todos los agentes que conforman la derecha españolista es llegar a 26 escaños en el Parlamento navarro y lograr evitar, al fin, que se articule de nuevo una mayoría alternativa. Sería la tercera legislatura en la que la derecha quedara fuera del Gobierno navarro. Y eso es mucho.