GARA
BRUSELAS

El PIB de la eurozona registra un débil crecimiento en el primer semestre

La economía de la eurozona mantuvo el ritmo de su expansión, muy débil, en la primera mitad del año en medio de las tensiones globales y frente al miedo a caer en la recesión en los próximos meses, alimentado por el impacto de la guerra en Ucrania, el aumento de los precios, la crisis energética y el frenazo de otras grandes potencias.

Un mercado de Róterdam, Países Bajos, donde la inflación está afectando especialmente a los precios de los alimentos.
Un mercado de Róterdam, Países Bajos, donde la inflación está afectando especialmente a los precios de los alimentos. (Ramon VAN FLYMEN | AFP)

Entre abril y junio, el producto interior bruto (PIB) de la eurozona creció un 0,6% en comparación con el primer trimestre del año, una décima más que la expansión registrada entre enero y marzo (0,5%), según los datos que fueron difundidos ayer por Eurostat. El comportamiento de los estados que comparten la moneda común fue idéntico al del conjunto de la UE, cuyo PIB también se incrementó un 0,6%.

Estos datos contrastan con los publicados recientemente por otras potencias mundiales, como China, que registró por primera vez desde el estallido de la pandemia una contracción trimestral (-2,6%), debida a los confinamientos de la pasada primavera en varios puntos del país para luchar contra el covid.

Por su parte, Estados Unidos entró en recesión técnica tras encadenar dos trimestres consecutivos con disminuciones de su PIB (-0,2% en el segundo y -0,4% en el primero), un peligro que ahora también amenaza a Gran Bretaña, que se apuntó a la contracción entre abril y junio (-0,1%).

La locomotora europea no avanza

A pesar de la expansión económica de la eurozona y la UE, las miradas se centran ahora en el comportamiento de Alemania, cuya economía quedó estancada en el segundo trimestre, con un 0%, y se enfrenta cada vez a mayores problemas. El motor económico de Europa, muy dependiente del gas ruso, cuenta con una balanza comercial cada vez más deteriorada por el aumento del valor de sus importaciones energéticas, al tiempo que la sequía en la cuenca del Rin, una de las vías fluviales más importantes del continente, dificulta cada vez más el transporte de materias primas y plantea nuevos problemas para la economía del país.

Los otros grandes socios del euro encaran en mejor posición la segunda mitad del año. El Estado francés creció un 0,5% en el segundo trimestre, después de contraerse un 0,2% en el primero, mientras que el Estado español e Italia, las economías más castigadas por la pandemia, crecieron un 1,1% y un 1%, respectivamente.

Países Bajos fue el miembro del bloque con una mayor expansión económica entre abril y junio, con un crecimiento del 2,6%, seguido de Rumanía (2,1%), mientras que Polonia (-2,3%), Letonia (-1,4%), Lituania (-0,4%) y Portugal (-0,2%) fueron los únicos entre los Veintisiete que registraron contracciones.

Con este escenario, el número de personas empleadas en la eurozona y en la UE aumentó un 0,3% en el segundo trimestre, lo que supone una cierta desaceleración después de que el alza entre enero y marzo fuera del 0,6% y 0,5%.

Temor a la estrategia energética del Kremlin

La Comisión Europea ha avisado en los últimos meses de que, tras el verano, las economías comunitarias afrontarán importantes desafíos e incertidumbres que, si se materializan, pueden llevar a la eurozona a territorio negativo por primera vez desde la pandemia de covid.

El principal temor en Bruselas sigue siendo la guerra abierta por Rusia en Ucrania y las decisiones energéticas que tome Moscú, que ya ha cortado total o parcialmente los flujos de gas a una docena de Estados miembros. Por ello, la UE ha intentado anticiparse a un eventual corte total del gas por parte del Kremlin con el plan de ahorro comunitario que los Estados miembros suscribieron a finales de julio y que apunta a una reducción, en principio voluntaria, del consumo del gas en un 15%, aunque se pactaron numerosas excepciones.