Maite UBIRIA
BAIONA

Florian abandona el proyecto de macroaserradero en Pirineos

La multinacional italiana Florian ha comunicado su renuncia al macroaserradero industrial que proyectaba construir en la localidad occitana de Lannemezan, pero cuyos planes de explotación forestal masiva -unos 50.000 metros cúbicos al año- implicaban una amenaza cercana también para los hayedos de los valles pirenaicos vascos.

Una movilización contra el megaproyecto.
Una movilización contra el megaproyecto. (Lionel BONAVENTURE | AFP)

El grupo industrial italiano Florian ha optado por abandonar su proyecto de explotación forestal centrado en la construcción de una macroserrería en terrenos de la localidad occitana de Lannemezan, distante en apenas un centenar de kilómetros de Maule.

La decisión de la multinacional, hecha pública coincidiendo con el trámite de presentación de las conclusiones del estudio de concertación sobre el proyecto industrial lanzado en 2020, era dada a conocer por la Prefectura de Hautes-Pyrénnées este miércoles. Una sucinta nota servía para finiquitar ese «proyecto de valorización de la madera de haya» en base al cual el grupo Florian se fijaba el objetivo de extraer 50.000 metros cúbicos de madera cada año. Un 40% procedería, según sus planes, de bosques de hayas situados en el departamento de Pirineos Atlánticos, con lo que el proyecto planeaba como una amenaza bien cercana para los recursos naturales de Zuberoa y Nafarroa.

Creación de empleo

La empresa esgrimió como argumento a su favor la promesa de crear unos 120 empleos directos. Esto sirvió para que contara, desde incluso antes de que se diera a conocer en su totalidad el proyecto, con el apoyo de las instituciones, desde las estatales hasta las locales.

Prueba de ello, de los 11 millones de euros de inversión inicial, las arcas públicas debían aportar más de la mitad, además de facilitar terrenos o adaptar vías de comunicación para garantizar el transporte de la madera.

Ello no ha impedido, sin embargo, que finalmente la macroinfraestructura, cuya viabilidad han puesto en duda desde el principio las entidades sociales opuestas al proyecto, haya perdido brillo, máxime en un periodo de post pandemia en el que se han hecho más patentes los efectos del cambio climático, con episodios recurrentes de sequía y de incendios que diezman los recursos forestales.

En ese contexto han encontrado mayor eco los mensajes de “Touche pas à ma fôret” (No toques a mi bosque) que advertían de la catástrofe asociada al proyecto de extraer 50.000 m3 de madera de haya cada año, lo que equivaldría, asegura el colectivo, a vaciar una superficie «equivalente a 1.200 terrenos de fútbol».