Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
CRÍTICA «VIDA SALVAJE»

La invasión urbanita de los entornos naturales

En su reveladora novela “Los asquerosos”, el portugalujo Santiago Lorenzo define a la especie invasora, antes llamada “dominguera”, como “mochufa”, termino que ya se ha instalado en nuestro universo ruralita cada vez que llegan los turistas de ciudad. Está claro que en los países nórdicos también sufren tan contagiosa y pandémica enfermedad social de la ocupación de los espacios naturales por parte de urbanitas tóxicos, y es lógico que hagan mofa de ello. En su genial y divertida ópera prima “Vida salvaje” (2021), el danés Thomas Daneskov satiriza la ocupación violenta por parte de gentes llegadas del asfalto, en situaciones de impacto que se van sucediendo in crescendo desde la primera secuencia que sirve de prólogo. En ella un hombre vestido con pieles de animales y armado con un arco y un hacha baja de las montañas hambriento a la gasolinera más próxima, donde se apropia de víveres y provoca la primera denuncia a la policía local.

Lo que sigue es una comedia negra en la mejor tradición de los hermanos Coen, porque “Fargo” (1995) es un modelo que se adapta muy bien al sentido del humor nórdico y sus ambientes gélidos. El jefe de policía e investigador de turno está encarnado aquí magistralmente por el veterano Bjorn Sundquist, que de algún modo llega a conectar con el absurdo y surrealista protagonista. Por su parte, Rasmus Bjerg borda la caricatura del hombre que sufre la crisis de la mediana edad y, tras probar todo tipo de emociones fuertes, se lanza al bosque en su huida de la civilización que tanto le deprime en su día a día.

No deja de ser un Rambo de pacotilla, pero que al menos intenta vivir su aventura en solitario, no como las gentes de la falsa aldea vikinga que simulan volver al pasado, cuando en realidad son un parque temático que admite pago con tarjeta.