Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
TODO EL MUNDO ODIA A JOHAN

Una explosiva historia de amor nórdica

Johan Grande (Pal Sverre Hagen).
Johan Grande (Pal Sverre Hagen). (GARA)

Por suerte, los tiempos en que el humor nórdico producía rechazo o incomprensión en nuestras salas ya pasaron, y hoy en día está totalmente asimilado y no incomoda prácticamente a nadie, a lo que me imagino que también están contribuyendo las plataformas digitales. Supongo que el problema residía en que la cultura nórdica maneja otro tempo a la hora de hacer reír, y a nivel actoral reniega del histrionismo, porque suceda lo que suceda ante la cámara permanecen con un rictus de seriedad inalterable. Así sucede con los surrealistas personajes de “Todo el mundo odia a Johan” (2022), ópera prima del cineasta Hallvar Witzo, que sorprende con una tragicomedia que utiliza una narrativa cercana al realismo mágico, sobre todo a la hora de recrear pasajes históricos y recuerdos del pasado. Porque la película se remonta a la niñez de Johan, ya que su vida ha estado marcada por un drama familiar. A muy temprana edad quedó huérfano de padre y madre, ya que los Grande se dedicaban a volar puentes del invasor nazi durante la II Guerra Mundial, hasta que por error hicieron explosionar uno del bando aliado, lo que les granjeó el odio de sus convecinos, y ya se sabe que en las pequeñas comunidades rurales los hijos heredan las culpas de sus padres.

El oficio de dinamitero Johan lo lleva en la sangre, hasta el punto de que siendo niño jugaba con cartuchos llenos de pólvora, con la mala fortuna de que una de sus detonaciones infantiles hirió a su vecinita Solvor, cuyo rostro refleja todavía las cicatrices de tan calamitoso incidente.

Un horror que no desanima a Johan, que sigue enamorado de Solvor y trata de reconquistarla por todos los medios a lo largo de la edad adulta, sin reparar en el daño causado. Su absurda insistencia tiene que ver con el carácter autodestructivo que le ha llevado a convertirse en un outsider que monta a caballo.