Iñaki IRIONDO

Hace falta un día más de pleno

Envainen los puñales y guarden los tomates para la ensalada. No me he vuelto loco (o eso creo). Soportados Plenos de Política General desde 1990, he sufrido en carne propia lo soporífero que resultan la mayoría de los minutos de las muchas horas que duran. A veces hay momentos en los que surgen propuestas ilusionantes e instantes de debates de altura, aunque es cierto que cada vez son menos.

Los Plenos de Política General se convierten muchas veces en una sucesión de monólogos, en los que el lehendakari cuenta con la ventaja de poder anunciar medidas, incluso aunque sean repetidas o futuribles faltos de concreción. Precisamente por eso, para pasar del bla-bla-bla a los hechos, defiendo que hace falta otro día más de pleno. Un día para presentar y acordar resoluciones, como se hace en otras Cámaras. Para ver así, realmente, en qué se concretan los tan cacareados «acuerdos de país».