Pello GUERRA

La cruz franquista de Lerin, una cuestión pendiente de resolver

La cruz y las placas adyacentes que recuerdan a los muertos en el bando franquista durante la guerra del 36 siguen presentes en el exterior de la parte trasera de la iglesia de Lerin. Una presencia que el Instituto Navarro de la Memoria considera «una cuestión pendiente de resolver» y a la que Patxi Tres lleva cinco años queriendo poner fin.

Imagen de la cruz situada en el exterior de la parte trasera de la iglesia de Lerin que recuerda a los vecinos que murieron combatiendo por el bando franquista en la guerra del 36.
Imagen de la cruz situada en el exterior de la parte trasera de la iglesia de Lerin que recuerda a los vecinos que murieron combatiendo por el bando franquista en la guerra del 36. (PATXI TRES)

La cruz franquista de la iglesia de Lerin se ha convertido en una cuestión pendiente de resolver, ya que «está dentro la Ley de Memoria Histórica y, sobre todo, el reglamento de eliminación de simbología franquista», según reconoce Josemi Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria.

Esa cruz se encuentra situada en el exterior de la parte trasera del templo y cuenta con dos placas adyacentes en las que aparecen el nombre y la fecha en la que murieron vecinos de la localidad que combatieron por el bando franquista en la guerra del 36.

Qué hacer con esa cruz dedicada «a los caídos», como se definiría en la terminología de la dictadura, es lo que está por definir después de que la cuestión se haya puesto encima de la mesa de diferentes maneras, especialmente gracias al empeño de Patxi Tres.

Su interés por suprimir ese símbolo franquista ya lo hizo patente en una fecha tan temprana como 1977. Según recuerda para GARA, en las elecciones municipales celebradas ese año, Lerín Democrático se hizo con el gobierno de la localidad, con Pedro José Sánchez Intxusta como alcalde. Con él ya comentó la posibilidad de eliminar la cruz, a lo que Sánchez le respondió que «podía haber tiros». Tres se mostró comprensivo y reconoce que «lo entendí en aquella época».

Ese anhelo quedó aparcado durante años hasta que, en octubre de 2017, el Ayuntamiento de Lerin inauguró un memorial en recuerdo de sus vecinos fusilados por el franquismo. Aprovechando el momento, le recordó a la alcaldesa, Consuelo Ochoa Resano, la existencia de la cruz franquista y le expuso que «ese símbolo no debería estar ahí a estas fechas y que el Ayuntamiento debería hacer lo posible para retirarlo».

Según relata Tres, la alcaldesa le señaló que «estaba en el recinto de la iglesia, que era competencia del Arzobispado y que no podían proceder. Lo dejé estar, ya que no tenía información al respecto».

Pero dos años más tarde, tuvo oportunidad de recabar esa información que le faltaba. Asistió a una charla sobre las fosas del franquismo en el herrialde celebrada en el Museo de Nafarroa y en la que estaban presentes la consejera de Relaciones Ciudadanas del Gobierno navarro, Ana Ollo; el director de Instituto Navarro de la Memoria, Josemi Gastón, y el forense Paco Etxeberria.

A los tres trasladó su preocupación por la presencia de la cruz franquista en la iglesia de Lerin, con la que se mostraron receptivos Ollo y Gastón, y con Etxeberria resolviendo dudas al respecto. En concreto, según recuerda Tres, el forense le comentó que «lo que tenía que hacer el Ayuntamiento era mandar un oficio-reclamación al Arzobispado para que procediera a retirar la cruz. Si el Arzobispado no lo hacía, me dijo que el Ayuntamiento podía proceder a retirarla, ya que está protegido por la Ley de Memoria Histórica del año 2014».

En los siguiente meses y años, y en vista de que la cruz seguía en su lugar, Tres se preocupó de volver a sacar a colación la cuestión en otros eventos en los que pudo coincidir con la consejera Ollo o con el director Gastón. Al mismo tiempo, se dirigió en busca de ayuda «llamando a todos los ‘picaportes’ que se me han ocurrido», pero sin resultados.

Patxi Tres reconoce que «a veces he estado pensando en abandonar, porque creo que no se lo toman nada en serio. No me dan una respuesta después de cinco años y eso es lo que más me molesta, que no digan algo, que no me den una satisfacción a mis reclamaciones».

Aunque él tiene esa sensación, lo cierto es que su empeño no ha caído en saco roto y uno de sus interlocutores en las numerosas gestiones que ha llevado a cabo durante estos años asegura a GARA que la cuestión de la cruz franquista de la iglesia de Lerin «no está olvidada en absoluto». Así de contundente se muestra el director del Instituto Navarro de la Memoria, quien recuerda que ha hablado con Tres «varias veces».

Recogiendo el guante, Gastón señala que «hace un año más o menos, durante la inauguración de la exposición sobre Ezkaba, ya le comenté a la alcaldesa que era una cuestión que había que resolver. Es necesario hacerlo, porque está dentro de los parámetros de la ley y, sobre todo, del reglamento de eliminación de simbología franquista».

Reunión en las próximas semanas

La intención del director del Instituto Navarro de la Memoria es «convocar en las próximas semanas una reunión con el Ayuntamiento de Lerin para que podamos abordar el tema», que es el procedimiento que se sigue con otras entidades municipales para acometer qué sucede con símbolos franquistas existentes en su localidad. Porque «sin eludir la responsabilidad que tenemos desde el Gobierno, los ayuntamientos son los que se ocupan del tratamiento de esos símbolos».

Si finalmente el Consistorio se decide a dar el paso de retirar la cruz franquista de la iglesia, «podría hablar con el Arzobispado y llegar a un acuerdo», como ha ocurrido en otros casos similares. Además, Gastón recuerda que incluso puede contar con ayudas para proceder a quitarla, ya que «siempre tendrá la convocatoria de subvenciones que el Gobierno de Navarra saca cada año para la eliminación y resignificación de símbolos franquistas».

Si todo va según lo previsto, en unas semanas podría resolverse la cuestión pendiente en la que se ha convertido la cruz franquista de la iglesia de Lerin.