Nueve días después de la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, las calles de Irán siguen acogiendo protestas. Los informadores en el país reconocen problemas a la hora de acceder a la información, debido a los cortes por internet, la represión y la censura implementada por el Gobierno para tratar de sofocar la situación. La cifra de los 41 muertos la ha ofrecido la tele pública.

En las imágenes que llegan del país, se ven actos de libertad y enorme valor, como el de un grupo de mujeres quemando en la calle los hiyabs con sus melenas al viento.

Amini fue detenida, precisamente, por los guardianes de la moral del país debido a que no llevaba correctamente colocado este pañuelo. Murió mientras estaba bajo custodia policial, supuestamente por un paro cardíaco, pero quienes la vieron relataron que presentaba lesiones en la cabeza.

El Gobierno organizó ayer, por segunda vez, protestas contra las protestas. De este modo, miles de civiles afines al gobierno y fanáticos religiosos se echaron a la calle a pedir mano dura contra los que se han levanado. Alguna de estas marchas también tuvieron lugar, no se sabe bien en qué condiciones, en importantes ciudades del kurdistán iraní, e incluso en la ciudad de la que era natural Amini.

El choque, aunque con clara matriz religiosa por el hiyab y la opresión a la mujer, no deja de tener un componente étnico. Las mujeres kurdas, aunque sigan siendo musulmanas, usan vestidos coloridos y no el negro que impone Teherán. De ahí que los kurdos hayan salido en bloque.

Se corea en las calles «¡Zhin, zhian, azadi!», que en lengua kurda sinifica: «mujer, vida y libertad». Lo llamativo es que este triple lema está llegando a zonas que no hablan kurdo, lo que no deja de ser insólito. El fuego que ha despertado Amini, pues, prende más lejos de lo esperado y está superando divisiones fuertes existene de la sociedad iraní.

Mientras la cifra de detenidos supera ya el millar, mujeres iraníes están llenando las redes sociales con gestos de valentía, mostrando incluso sus senos y haciendo de la canción “Bella Ciao”, cantada en farsi, himno de su lucha.