Raimundo FITERO
DE REOJO

Recados pirotécnicos

Mucho más allá del ruido, está el estruendo, la catástrofe del choque entre la sinrazón y el vacío rellenado con la nada pirotécnica de unas consignas políticas que no tienen más recorrido que la de crear una sensación de existencia. Es el braceo de la desesperación del perdido en el pasaje de la inconsistencia. Antes de las postales navideñas se están repitiendo escenas matrimoniales de cuñadas y cuñados encabritados tras una partida de julepe. No existe confrontación política, hay bronca pandillera. No hay argumentos, se escuchan jaculatorias y exaltación a los goles en campo propio.

La «cultura de la violación» es una expresión acuñada científicamente en instituciones de orden conservador mundial. La reacción que provocó Irene Montero al declinarla con rictus exagerado en el parlamento de Madrid en las filas de la extrema derecha bicéfala española corresponde a una estrategia de PPVOX que se alimenta por la aparente falta de táctica de la ministra de Igualdad. ¿Es Montero la pieza sacrificada en el momento político actual o es una casuística empobrecida de desalientos y errores? Hace semanas que Irene Montero aparece siempre con una cara compungida, mostrando un dolor interno, un estado de estrés excesivo. Las hienas políticas huelen estos estados y atacan desenfrenadamente.

Lo de Marlaska es paripé, saben en el PPVOX que es uno de lo suyos. Otra cosa es que su flojera se aproveche para atacar al gobierno. El Supremo le anula la convocatoria de plazas en la policía nacional y los sobres con recados pirotécnicos repartidos por medio Madrid contribuyen a aumentar el ruido.