GARA
BILBO

El religioso de Bermeo confiesa los abusos, pero con un vídeo privado

El profesor y hermano de la congregación menesiana del colegio San José de Bermeo ha confesado los abusos y ha pedido perdón a través de un vídeo privado a algunas de las víctimas que los sufrieron, que quedaron impactadas con el momento, ya que no fueron avisadas, y que siguen pidiendo que lo reconozca de manera pública.

El religioso pederasta de Bermeo ha confesado los abusos, pero a través de un vídeo privado mostrado a tres víctimas.
El religioso pederasta de Bermeo ha confesado los abusos, pero a través de un vídeo privado mostrado a tres víctimas. (GETTY IMAGES)

A través de un vídeo que ha sido mostrado en privado a algunas de sus víctimas, el religioso pederasta de Bermeo, Felipe Gutiérrez, ha confesado los abusos cometidos y les ha pedido perdón. Pero, en declaraciones a EITB, tres de las víctimas que lo han visto en una reunión a tal efecto insisten en que el abusador debe reconocer en público lo que hizo, al tiempo que destacan el impacto que les ha provocado esa peculiar confesión.

El vídeo les fue visionado en la Diócesis de Bilbo, durante una reunión a la que fueron convocadas las víctimas y en la que estuvo presente Isabel Llauger, portavoz de los menesianos, según informó ayer EITB. En esa reunión, y sin previo aviso, fue cuando se mostró esa confesión a las tres afectadas.

«Muy desagradable»

En relación al vídeo, una de las víctimas, Montse Zelaia, señala que en el mismo, el religioso pederasta «aceptaba todo y decía que pide perdón a todos los alumnos víctimas de este caso y a todas las familias. Y que Dios nos tenga en la gloria, ya que mucho más tampoco dijo, porque estaba leyendo un papel. Estaba todo preparado». Añade que les transmitieron «mucha voluntad. Estamos con vosotras, os vamos a ayudar en todo, os entendemos, decían. Pero no nos entienden, todo son palabra bonitas, pero a la hora de la verdad, no están haciendo nada».

Otra víctima, Bego García, destaca que «vuelves a ver a tu agresor. Nos quedamos de una pieza y nos agarramos de las manos, porque necesitábamos sentirnos apoyadas las tres. Verle otra vez fue bastante impactante para las tres. Fue una reunión muy fuerte. De hecho, alguna de nosotras acabó llorando».

Reconoce que «había un momento en que ya no quería mirarle, porque estoy volviendo a repetir lo que tenía olvidado, lo que tenía tapado en la infancia y este señor me está volviendo a recordar. Una situación muy desagradable que no deseo a nadie».

La tercera abusada, Tere Pino, señala que «tuve que bajar la mirada, porque no podía. De esa reunión salí bastante impactada, sinceramente. Por otra parte, lo que sí me pareció bien es que lo haya reconocido. Lo más importante para mí era que reconociera, que no se quedara como que no había pasado nada. Que se reconocieran los abusos que había hecho hacia nosotras».

«Estamos con ganas de que termine la historia y sigo insistiendo en que nos den el vídeo y que se acabe ya esto de una vez», manifestaron las víctimas. También indican que «se ha hecho esto demasiado largo. A ver si antes de que acabe el año es verdad que recibimos noticias y zanjamos todo».

E insisten en que lo ocurrido «se tiene que hacer público, no tiene que quedar en privado. Porque nosotras tres no somos las únicas víctimas, hay más. El reconocimiento tiene que ser público. La verdad no se puede tapar, porque no puede pasar nunca más».