Alvaro REIZABAL
Abogado
JOPUNTUA

Un despido muy guay

Quién iba a decirme a mí que, después de toda una vida poniendo demandas por despido y sufriéndolos en mis carnes como si fueran el mío propio, iba a llegar a estas alturas de la película y me iba a llenar de alegría la noticia de un despido. Se trata, además, de un despido de los llamados por causas objetivas, en este caso en la variante de ineptitud sobrevenida.

Estamos hablando, claro, del cese del autoproclamado presidente de Venezuela Juan Guaidó, golpe de Estado orquestado en enero de 2019 dirigido a acabar con el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro. Habida cuenta del objetivo perseguido fue tratado como el niño mimado y a proteger, siendo reconocido como presidente por más de sesenta países de todo el orbe, encabezados por los Estados Unidos del entonces presidente Donald Trump, y secundados por otros muchos como Aznar o Felipe González, que siguieron apoyándole incluso cuando Europa le había retirado ya su respaldo. La deriva de la trayectoria política de González es de traca. Si la salud le da tiempo suficiente, puede acabar siendo la mano derecha de Abascal.

Lo cierto es que el venezolano fantasma empezó a perder fuerza, desmoronándose en medio de disensiones internas y acusaciones de corrupción. Al cabo de cuatro años, sus propios partidarios le han dado la boleta, al comprobar el rotundo fracaso de su mandato de la señorita pepis, y que Maduro le ha ganado el pulso y ha conseguido el reconocimiento internacional que Guaidó trató de arrebatarle. Hasta aquí hemos llegado muchacho, que has tenido cuatro años para derrocar al régimen salido de las urnas, y tu único logro lo constituye ser cada vez más insignificante.

Algo parecido pasó en las filas del PP con Casado y su lugarteniente, el campeón de lanzamiento de huesos de aceituna Teodoro García Egea, descabalgados, condenados al ostracismo y sustituidos de urgencia y de derecho por Núñez Feijóo, y de facto por el gallego y la madrileña Díaz Ayuso.

Son estos unos despidos indoloros, hasta el punto de que bien puede decirse: ¡Que guai, han cesado a Guai-do!