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El buque Aita Mari volverá al mar en los próximos días

La ONG Salvamento Marítimo comunicó que el buque Aita Mari ha superado la inspección de las autoridades competentes y que partirá al Mediterráneo «en cuanto llegue la notificación oficial y la meteorología sea favorable».

El buque Aita Mari, en Pasaia.
El buque Aita Mari, en Pasaia. (Idoia ZABALETA | FOKU)

El buque Aita Mari volverá pronto al Mediterráneo central. Así lo comunicó ayer la ONG Salvamento Marítimo a través de sus redes sociales, donde confirmó que la embarcación ha superado la inspección de bandera «con felicitaciones por parte de las autoridades competentes».

Según el informe realizado por la Capitanía de Castellón, el barco está en condiciones para zarpar rumbo al Mediterráneo central. Tal y como apuntaron desde la ONG, saldrán al mar «en cuanto llegue la notificación oficial», que se espera que se remita en las próximas 48 horas, y «la meteorología sea favorable» para ello.

Así, si las condiciones meteorológicas son buenas, todo apunta a que el Aita Mari, que se encuentra atracado en el puerto castellonense de Vinaròs, se hará a la mar esta misma semana. Será la novena misión de salvamento de la tripulación en el Mediterráneo central.

Nuevas normas

La noticia llega apenas unos días después de que se conociese que al buque Aita Mari se le había abierto un expediente que podría acarrear multas de hasta un millón de euros por «varias infracciones» detectadas en una inspección de 2020. El caso se encuentra aún en período de alegaciones y está en manos de sus abogados. «Es un proceso paralelo, que lleva un departamento diferente dentro de la Marina y no hay nada nuevo», precisaron fuentes de la organización a la agencia Efe.

De hecho, la actual misión estaba prevista para octubre, pero el retraso de estas inspecciones, así como el bloqueo por parte de las autoridades italianas al acceso a los puertos de los buques que rescatan a migrantes ha condicionado el regreso al mar de la embarcación y su tripulación, tiempo durante el que ha estado parado en Castelló.

Esta será la primera misión tras las nuevas medidas impuestas por el Ejecutivo italiano. Desde principios de este año los barcos deberán pedir un puerto seguro y navegar hacia allí inmediatamente después de un rescate, sin demora.

Los capitanes que incumplan estas normas se arriesgarán a ser sancionados con multas de hasta 50.000 euros y, en caso de que la infrinjan en varias ocasiones, podrían correr el riesgo de que el buque sea embargado.

Isabel Egiguren, tripulante del Aita Mari, señaló en NAIZ Irratia que «pese a las trabas, saldrán todos los barcos». «Existen y seguirán existiendo las pateras. Por los que han tenido que huir de su país, seguiremos trabajando», añadió. El Aita Mari no es un barco de grandes dimensiones, con capacidad para unas 150 personas, y trabajan tres o cuatro días en labores de rescate en el Mediterráneo.