Martxelo DÍAZ
DONOSTIA
Elkarrizketa
JON IÑARRITU
Diputado de EH Bildu

«Que no cuenten con EH Bildu para una reforma descafeinada»

Jon Iñarritu es el representante de EH Bildu en las negociaciones sobre la Ley Mordaza y alerta de que su grupo no aceptará una reforma descafeinada, tras subrayar que hay votos suficientes para lograr una norma que ponga freno a los excesos. Recuerda que el PSOE, que prometió una derogación, se ha plegado a los sindicatos policiales ultraderechistas.

(GARA | GARA)

Reforma light o descafeinada de la Ley Mordaza. El Gobierno español no quiere eliminar los aspectos más lesivos de la ley. Estamos ante una promesa incumplida, la de la derogación.

Sí, así es. De aprobarse el texto como está en estos momentos, con las incorporaciones de las transaccionales que se han acordado, quedarían lo que son los núcleos fundamentales que se han utilizado para reprimir masivamente en base a esta norma. Son los artículos 36.6 y 37.4, la de desobediencia y las faltas de respeto a la autoridad, que durante prácticamente un año y 43 reuniones entre los partidos del llamado bloque de investidura hemos estado negociando no ya para eliminarlos, que es lo que pedíamos algunas fuerzas, sino para objetivarlos. Es decir, que la sanción, en el caso de haberla, debía ser motivada por unos términos objetivos. Había una propuesta de Unidas Podemos de que los insultos y las injurias, en el caso de no ser delito, pudieran ser sancionables. Esto no ha sido aceptado por el PSOE y han empezado a hacer una literatura llena de cábalas en la que la interpretación para actuaciones se basa en la subjetividad y el libre albedrío de los agentes para sancionar a ciudadanos, tal y como sucede ahora, por tonos de voz, comentarios, camisetas o pins. Esto es inaceptable. De igual forma con la desobediencia. Esta última semana propusimos que la desobediencia y la no identificación bajaran a sanciones leves, como estaba en la época de Zapatero. Pero no, hay algunos que han preferido mantener el espíritu de la norma de Rajoy, de la Ley Mordaza, y dejarlas como sanciones graves. Por estos motivos, creemos que, de mantenerse como está y con las propuestas que han hecho PSOE, PNV y Podemos, se podría seguir hablando de una Ley Mordaza. Si a esto le añadimos el uso de material antidisturbios de otro siglo, como son las pelotas de goma, tremendamente imprecisas y peligrosas, hace que no sea asumible. Y para el colmo, la adicional primera de devoluciones en caliente, en la que se conforman con dejarlo para otra ley pero sin resolverlo. Después de haber visto 500 devoluciones en caliente el pasado mes de junio en Melilla, creemos que ha llegado el momento de abordarlo. Por eso, pedimos que se aborden esos cuatro aspectos.

¿Se puede decir que EH Bildu se va a plantar y no va a apoyar una reforma que no incluya los mínimos necesarios?

Sí. Hace un año, cuando tuvimos reuniones bilaterales con el PSOE y con Unidas Podemos, planteamos seis o siete asuntos que para nosotros eran clave, unas líneas rojas. Les dijimos que para nosotros era fundamental eliminar y desactivar esos aspectos, ya que, de otra manera, no se estaría abordando el verdadero problema de la Ley Mordaza. Desde un inicio lo hemos dejado claro. En estos meses, es cierto que en algunos de esos aspectos hemos conseguido llegar a acuerdos. También en aspectos secundarios hemos pactado más de 30 transaccionales con los partidos del bloque de investidura. Pero lo que queda ahora para derogar son los aspectos más lesivos. Y si no, que no cuenten con EH Bildu, porque no seremos cómplices de aprobar una Ley Mordaza descafeinada.

Es preocupante que detrás de la tibieza del PSOE estén las presiones de sindicatos policiales ultraderechistas.

Así es. Esto se ha expuesto en reuniones bilaterales y en las de negociación. Implícitamente y explícitamente. No una, sino varias veces. Nos han trasladado que se veía como un auténtico problema. Hemos abordado también esa realidad. Si al final, por las presiones y manifestaciones que hacen estos grupos ultras, el Gobierno cambia de posición, hay que reconocer que la presión de esos grupos ultras está sirviendo para que no se aborde una reforma integral o una derogación de una ley tan perniciosa como es la Ley Mordaza. El PSOE, por activa y por pasiva, nos ha dicho que desde el Ministerio del Interior les han marcado una línea roja por la presión de estos sindicatos ultraderechistas; hay elecciones en la Policía y están en crecimiento.