Muy mala elección
Si hay un ser humano con trayectoria política disipada por su ambición, ese se llama Mario Vargas Llosa, que en los últimos tiempos se ha dedicado a teorizar sobre la mala elección que hacen los pueblos soberanos cuando no ganan los suyos, es decir la derecha extrema, en los procesos electorales, allá donde se celebren. La Academia Francesa, siguiendo no sé qué proceso democrático o absolutista ha demostrado que han sido capaces de ilustrar todas las posibilidades de malas elecciones de manear pertinaz, reiterada y sin escrúpulos, rompiendo con todas las tradiciones y convirtiendo en ese acto teatralizado de nombramiento de alguien que tenía una tía llamada Julia, en un personaje de una mala película de época, con su espada al cinto, es decir, un señor que no ha escrito una palabra en francés, pero que llega a esos honores a esa edad y entra dentro de los capítulos más oscuros de cualquier historia moderna.
Pero si esa elección fue mala, la peor es que uno de los invitados principales del nuevo académico y Nobel, era el cuñado de Urdangarin, es decir, un defraudador de la Hacienda española, un rey emérito que no tiene corona, un crápula de manual que fue tratado, y ahí viene la equivocación mayor, como rey, asunto que a algunos nos colocó en estado de excitación al conocer la noticia, pero no para usar la guillotina, sino para darle al Borbón un asiento prioritario en la ceremonia. La prensa servicial le puso el micrófono para que anunciara su posible vuelta. Macron lo sentó en su mesa, por lo que yo pienso que es motivo más que suficiente para un conflicto diplomático.

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