M. UBIRIA
BAIONA
MOVILIZACION CONTRA LA REFORMA DE PENSIONES EN EL ESTADO FRANCÉS

Las calles elevan el tono tras oír de boca de Macron que no cederá

Era una de las incógnitas que pesaba sobre la jornada. ¿La entrevista en la que Emmanuel Macron ratificó, el miércoles, que no escucharía las quejas por el fondo y la forma de la reforma de pensiones reavivaría o aplacaría los ánimos de quienes protestan desde un ya lejano 19 de enero? La jornada congregó en Baiona a 24.000 personas en una marcha en la que subió la temperatura.

La marcha discurrió tranquila hasta que se topó con el cordón policial cerca del acceso a la A63.
La marcha discurrió tranquila hasta que se topó con el cordón policial cerca del acceso a la A63. (Patxi BELTZAIZ)

Los sindicatos despejaron las dudas que pesaban sobre la primera jornada de movilización general después de que Élisabeth Borne superara por solo nueve votos una moción de censura y el presidente, Emmanuel Macron, atornillara a su primera ministra en el sillón de Matignon no sin antes insistir en la legitimidad de aplicar la reforma de las pensiones aprobada vía 49.3.

Las movilizaciones y actos de bloqueo que marcaron la primera parte de la jornada ya dejaron entrever que la protesta mantendría su pujanza. También advirtieron de que la calle está dispuesta a elevar el tono ante la falta de escucha de la parte de sus gobernantes.

Y así fue a lo largo y ancho del Hexágono, donde se produjeron ocupaciones de infraestructuras, caso de la estación de tren de Lyon, y bloqueos de hasta 400 liceos y universidades, en lo que apunta a una creciente implicación del movimiento juvenil. Ocurrió en Baiona, donde se pudo ver a decenas de jóvenes, disfrazados, que hicieron un alto en su fiesta de «Père Cent» - celebración para marcar que les quedan 100 días para obtener el título de bachiller o Bac- para sumarse a la movilización contra una reforma que los sindicatos denuncian como «injusta y brutal». Una nota de color en una manifestación en la que tomaron parte, según sus organizadores, 24.000 personas, lo que da cuenta de un nuevo pico de participación. La marcha de ayer dejó también constancia de ese creciente enfado de una ciudadanía movilizada a la que Macron trata, no sin cierto desprecio, como una «masa que no puede dispone de la legitimidad de los electos a los que elige el pueblo». La movilización partió de las inmediaciones de la estación de tren de Baiona, donde, transcurrida más de media hora desde que la pancarta sostenida por la intersindical enfilara hacia las calles del centro de la capital labortana todavía esperaban arrancar el recorrido numerosos manifestantes.

La marcha, como el tono de la protesta, se orientó hacia otro objetivo. En vez de concluir, como las protestas precedentes, en la rotonda de Saint-León, los manifestantes se dirigieron a la rotonda de Grand Basque, desde donde se accede a la autopista, con doble intersección hacia Biriatu y hacia Burdeos.

Un fuerte despliegue de antidisturbios esperaba al cortejo. Y es que, como apuntara ya en un comunicado previo, la Prefectura optó por cerrar la entrada 6 de la autopista A63, la que da acceso precisamente a Baiona Norte, en la perspectiva de que la protesta «discurriera por la zona de influencia de la autopista».

Gases lacrimógenos

Pese al cordón de seguridad, algunos manifestantes trataron de forzar el paso, lo que dio lugar a cargas y uso de gas lacrimógeno a cargo de la Policía que, a su vez, informó de que un agente resultó herido leve al recibir el impacto de un objeto lanzado por un manifestante.

Además de dar cuenta del cierre de la autopista, la Policía lanzó por redes sociales un consejo a quienes se movilizaban en Baiona para que no se sumaran a las acciones de «grupos violentos».

Así las cosas, la manifestación llegó a su fin, de una forma un tanto desordenada, ya que unas decenas de manifestantes mantuvieron los escarceos con la Policía y se trasladaron al punto de partida en Saint-Esprit, donde, según informó Mediabask, hubo un arresto. La Prefectura confirmó en un comunicado un total de cuatro detenciones.

Info Luttes Pays Basque informaba sobre la detención de «varias compañeras» y se hacía circular una convocatoria de protesta, a las 18.30, ante la Comisaría de Policía, en la capital labortana.

La de ayer fue la primera vez desde que se iniciaron las movilizaciones, el 19 de enero, en la que la Policía se empleó con material anti disturbios contra los manifestantes en Baiona. Fue después de que, el miércoles, durante la entrevista que concedió a TF1 y France 2, Macron advirtiera de que «no toleraremos los bloqueos a cargo de unos pocos ni cualquier otro acto de violencia».

Chocó especialmente el lenguaje del presidente, que habló de «facciones y facciosos», llegando incluso a comparar algunas de las protestas con el asalto al Capitolio.

Carta al Elíseo

«No es de nuestro gusto, pero cuando no se atiende a nada, a veces la ira se expresa», explicaba un manifestante de la CFDT a pie de marcha en Marsella, dando réplica a la fórmula expresiva utilizada por Macron, quien dijo que «no es de mi gusto hacer la reforma pero es necesaria». En ciudades como Burdeos, Nantes y Rennes, entre otras, y, también en París, se produjeron cargas y detenciones, en una jornada en la que los sindicatos hicieron saber que advirtieron por carta a Macron de los riesgos derivados de su política de orejeras.

Los huelguistas bloquearon la red Txik-Txak

El temor a una nueva irrupción en una arteria principal como es la autopista A63 llevó a la Prefectura a cerrar una de las entradas a Baiona. Y es que, en las últimas semanas, los activistas han bloqueado, sucesivamente, el puerto de Baiona (dos veces), el peaje de la citada autopista en Biriatu, la estación de tren en Hendaia, el supermercado Intermarché, en Bidarte, y el centro comercial BAB2 en Angelu.

De hecho, de manera previa a la manifestación, activistas sindicales se plantaron desde las 5 de la mañana ante las cocheras de los vehículos autobuses y TramBus- de la red Txik-Txak, que gestiona la Mancomunidad Vasca, en Baiona, logrando bloquear el servicio hasta el arranque de la manifestación, a las 10.30.

La huelga se hizo sentir también en el transporte ferroviario. Durante la jornada, circularon la mitad de los TGV y un tercio de los trenes de cercanías y regionales TER. En la región parisina circularon entre el 20% y el 50% de los trenes, en función de las líneas.

La dirección general de aviación civil pidió, desde la víspera, a las compañías que anularan un 30% de sus vuelos en dirección a París-Orly. La compañía de bajo costo Transavia anunció, por su parte, la suspensión de una treintena de vuelos.

En Euskal Herria, tres de cada cuatro vuelos de Transavia no operaron ya el miércoles en Biarritz, y ayer se anularon todos los previstos con destino a la capital francesa, según informaron fuentes del aeropuerto.

En el ámbito de la Educación, la incidencia de la huelga alcanzó solo en Primaria a entre el 40% y el 50% del personal, según adelantó el sindicato mayoritario Snuipp-FSU. El Ministerio de Educación, por su parte, rebajó a la mitad la incidencia registrada en la jornada del paro.

Distintos ayuntamientos de Euskal Herria organizaron servicios mínimos de guardería. Fue el caso de los centros escolares de los barrios Centro y Urdazuri en la localidad de Donibane Lohizune. GARA