Agustín GOIKOETXEA
BILBO

BBK garantiza su control sobre Kutxabank y piensa en invertir

BBK mantiene el control sobre Kutxabank tras haber completado con 231 millones de euros el fondo de reserva. Su presidente trabaja en ampliar su cartera de participaciones, que ronda los 200 millones.

Nora Sarasola, Xabier Sagredo, Gorka Martínez e Ivan Francisco, antes de arrancar la comparecencia.
Nora Sarasola, Xabier Sagredo, Gorka Martínez e Ivan Francisco, antes de arrancar la comparecencia. (Raúl BOGAJO | FOKU)

El presidente de BBK anunció ayer, «emocionado», que la fundación bancaria ha finalizado la dotación del fondo de reserva de 231 millones de euros para poder mantenerse como accionista de control de Kutxabank, donde dispone del 57% del capital. Xabier Sagredo se resiste a desvelar en qué va a invertir los 60-70 millones que dispone anualmente tras cubrir el presupuesto de la Obra Social y el propio funcionamiento de la entidad.

En ocho ejercicios, de 2015 a 2022, la entidad que preside Xabier Sagredo ha cumplido con esta condición regulatoria, dos años antes de la finalización del plazo oficial y con el hándicap de que en 2020 y 2021 no recibió dividendo siguiendo las directrices del Banco Central Europeo.

Para mantener el control sobre Kutxabank tuvo que presentar en 2014 un plan financiero reforzado que incluía la constitución de un fondo de reserva superior a los 200 millones de euros que garantizase que pudiera acudir al rescate del banco ante una posible problema de insolvencia. A día de hoy, remarcó el presidente de BBK, Kutxabank es el banco más solvente del Estado.

El presidente expuso que la dotación del fondo garantiza «el arraigo del banco», haciendo que la entidad, la principal empresa de servicios del país y que da empleo a más de 6.000 familias, permanezca aquí. Además del fondo, BBK debía elaborar un plan de diversificación y gestión de riesgos. Manifestó que la otra opción que tenían era desinvertir, pero optaron por el «camino más difícil» e insistió que era la decisión «más adecuada» para blindar la Obra Social.

Según un estudio encargado a Deusto Business School, en cuyo patronato se sienta Sagredo, la decisión de no salir a Bolsa supuso dejar de perder unos 2.000 millones de euros. El informe asegura que «queda demostrado que la decisión de no salir a Bolsa ha protegido de forma efectiva el valor de la fundación BBK que, en última instancia y a través de su Obra Social, redunda en el conjunto de la ciudadanía de Bizkaia». «Gracias a la dotación del fondo de reserva podemos decir que Kutxabank va a permanecer con nosotros durante muchísimo tiempo. Hoy es un día para celebrar», subrayó.

MUCHO DINERO PARA INVERTIR

Una vez constituido el fondo, cuyo importe objetivo se recalcula anualmente en base al nivel de solvencia y de riesgo de Kutxabank, queda por aclarar a qué destinará BBK los alrededor de 60-70 millones de euros que le restan del dividendo anual del banco descontados los 40 millones que dedica a la Obra Social y a su funcionamiento. Ivan Francisco, subdirector general, indicó que las acciones participadas rondan los 200 millones.

Sagredo evitó pronunciarse a pesar de las repetidas interpelaciones de los medios y les emplazó a una futura comparecencia en la que explicará su inversión en sociedades participadas. «Vamos a tener noticias y van a ser buenas», se limitó a apuntar.

Las previsiones que manejan son optimistas. El propio presidente dijo que va a ser una «estrategia a largo plazo» con participaciones diversificadas para aminorar riesgos. Lo cierto es que la dirección mantiene unas expectativas exultantes, ya que es consciente de que tiene más posibilidades de invertir y obtener dividendos ajenos a los de Kutxabank con los que financiar la Obra Social.