GARA
ESTRASBURGO
HACIA LAS RENOVABLES

Acuerdo europeo para duplicar la cuota de las renovables para 2030

Los Estados miembros de la Unión Europea y los eurodiputados acordaron casi duplicar la proporción de energías renovables en el mix energético europeo para el año 2030. El texto que rubricaron ayer reconoce el papel de la energía nuclear en la producción de hidrógeno libre de carbono, un tema que divide a los Veintisiete.

Una instalación de paneles solares en Sanlúcar la Mayor, Andalucía.
Una instalación de paneles solares en Sanlúcar la Mayor, Andalucía. (Jorge GUERRERO | AFP)

Los Gobiernos de la Unión Europea y el Parlamento Europeo alcanzaron ayer un acuerdo provisional para elevar del 32% al 42,5% el objetivo de consumo de energía renovable para 2030, una meta vinculante que incluye también el compromiso de intentar lograr una cuota del 45% y que finalmente reconoce un papel limitado del hidrógeno nuclear que defiende París.

Este objetivo se encuentra a medio camino entre el 45% exigido por la Comisión Europea y los eurodiputados, y el 40% exigido por los Estados. Marca un aumento muy claro en comparación con el objetivo actual de la UE para el año 2030 (32%).

Para lograrlo, el texto aprobado prevé la facilitación y aceleración de los procedimientos de autorización de infraestructuras de energías renovables, con el establecimiento de territorios específicos donde se relajaría la normativa.

El acuerdo también convierte a la biomasa (madera quemada para producir electricidad) en una fuente «100% verde», destacó el eurodiputado Markus Pieper (EPP, derecha), ponente del texto.

Esta «bioenergía», defendida en particular por los países escandinavos, es sin embargo fuertemente criticada por las ONG ambientalistas, que expresan su preocupación por el impacto sobre los bosques como sumideros de carbono y refugios de biodiversidad.

El texto también recoge «el reconocimiento del papel específico de la energía nuclear que no es ni verde ni fósil». Este punto fue objeto de grandes discrepancias en las últimas semanas entre los Veintisiete, entre los partidarios y detractores de la energía nuclear.

EL PAPEL DEL HIDRÓGENO

El acuerdo alcanzado ayer por la madrugada por los negociadores de ambas partes debe ser ahora confirmado tanto por la Eurocámara como por el Consejo de la UE, en el que están representados todos los Estados miembros, según informaron las dos instituciones en sendos comunicados.

De esta forma, los países de la Unión Europea y la Eurocámara cierran una normativa clave del paquete conocido como Fit for 55, con el que el bloque quiere acelerar la transición ecológica para alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo, es decir, una economía en la que se hayan reducido al máximo las emisiones del CO2 y las pocas que haya sean absorbidas, por ejemplo, por los bosques.

El pacto fue alcanzado después de sortear las exigencias planteadas por una decena de países, liderados por el Estado francés, con respecto al papel del hidrógeno obtenido por energía nuclear en el camino hacia la descarbonización, llamado «hidrógeno rosa».

La «alianza nuclear» capitaneada por París buscaba que el texto reconociese de alguna forma la contribución del «hidrógeno rosa», algo a lo que se oponía otro grupo de países de tamaño similar que defendían que el hidrógeno de origen nuclear no puede ser considerado renovable, entre ellos Alemania, Portugal, el Estado español, Irlanda y Austria.

Esta batalla se jugó en el apartado sobre la descarbonización de la industria, a la que el acuerdo preliminar obliga a aumentar el uso de energía renovable un 1,6% al año y a asegurar que el 42% del hidrógeno utilizado proviene de combustibles renovables de origen no biológico para 2030 y el 60% para 2035.

Finalmente, la presidencia sueca de la Unión Europea propuso un compromiso con el propósito de suavizar los objetivos fijados para los países con una producción significativa de electricidad libre de carbono.

De esta manera, los Estados miembros podrán reducir la contribución de la industria siempre que esto no ponga en entredicho el cumplimiento de su objetivo estatal de renovables y la cuota de hidrógeno obtenido con combustibles fósiles (el hidrógeno nuclear) represente como mucho el 23% de todo el que se consume para 2030 o el 20% en 2035.

TRANSPORTE

Para el sector del transporte, el acuerdo establece la meta vinculante de reducir un 14,5% la intensidad de gases de efecto invernadero para 2030 o de alcanzar al menos una cuota de renovables en el consumo final de energía del sector del 29% en ese mismo año.

Dentro de este apartado, las dos instituciones incluyeron un objetivo secundario del 5,5% para la integración de biocombustibles y combustibles renovables de origen no biológico, como el hidrógeno.