La fórmula de películas basadas en videos de Youtube o memes virales funciona comercialmente, en vista de que “Cocaine Bear” (2023) ha costado 35 millones de dólares y lleva recaudados bastante más del doble. Las cifras demuestran por lo tanto que una gran parte de quienes vieron el video del oso negro que esnifa un polvo blanco que resulta ser cocaína han ido a ver la correspondiente versión extendida a las salas de cine, y otra parte esperará a que llegue a las plataformas, con lo que el negocio está asegurado.

Al parecer, todo parte de un hecho real ocurrido en 1985, cuando el narcotraficante Andrew C. Thornton II llevaba un exceso de carga en su avioneta y tuvo que ir lanzando sacos de cocaína desde una considerable altura, para acabar saltando en un paracaídas que falló. La historia dice que el pobre oso que probó el material murió de sobredosis.

Como quiera que el protagonista involuntario de tan cruel anécdota es un animal salvaje, al guionista de “Cocaine Bear” (2023) se le ocurrió presentar al estudio Universal una idea argumental en la que el oso de los bosques de Georgia, cerca del pico montañoso Blood Mountain, se vuelve loco a causa de la ingesta tóxica y empieza a atacar a la gente, campistas, policías y demás.