Amaia EREÑAGA
BILBO
ANIVERSARIO DE LA MUERTE DEL ABOGADO E IDÓLOGO ABERTZALE

60 años de defensa política, con José Antonio Etxebarrieta en el recuerdo

En 1970, en el histórico Proceso de Burgos, desde la bancada de la defensa, el joven José Antonio Etxebarrieta clamó: «Señor presidente, ¡esto es un juicio político!». El cincuenta aniversario de la muerte de este letrado e ideólogo abertzale sirvió ayer para homenajear el trabajo de varias generaciones de abogados vascos durante nada menos que seis décadas de defensa política.

Abogados y familiares de Etxebarrieta, en el acto de ayer.
Abogados y familiares de Etxebarrieta, en el acto de ayer. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Como apuntaba Iratxe Urizar, también abogada y miembro del Observatorio de Derechos Humanos, no suele ser habitual reunir en el mismo lugar a tantos abogados. Menos aún a los que defienden a ciudadanos vascos.

La plaza del Casco Viejo bilbaino dedicada a los hermanos Etxebarrieta -oficialmente, todavía, plaza Unamuno- reunía ayer a varias generaciones de letrados. En un lugar y una fecha con mucho significado: el lunes se cumplen 50 años de la muerte de José Antonio Etxebarrieta Ortiz (Bilbo, 1940-1973), un abogado, activista e ideólogo esencial en el abertzalismo contemporáneo y en la historia de ETA, una figura unida indefectiblemente a su hermano, Txabi Etxebarrieta (Bilbo, 1944-Tolosa, 1968), icónico militante de ETA muerto por la Guardia Civil. Y en ese punto geográfico, en uno de los balcones que dan a esa plaza, está la casa familiar de los Etxebarrieta.

Entre lluvia a ratos y algunas rachas de viento, a iniciativa de Etxebarrieta Memoria Elkartea, a lo largo de la mañana en la plaza tuvo lugar la lectura de “Los vientos favorables. Euskal Herria 1839-1959” (reeditado por Txalaparta), un libro escrito por José Antonio Etxebarrieta, un análisis y una lectura histórica del abertzalismo vasco. Lo leyeron vecinos de Bilbo, rostros conocidos e históricos de la izquierda abertzale y, sobre todo, abogados de distintas generaciones, muchos de ellos veteranos curtidos en muchas peleas, léase tribunales y cárceles.

Este lunes, 3 de abril, se cumplen 50 años de la muerte de Etxebarrieta. Ese mismo día cumplía 33 años. Afectado por una rara enfermedad en la medula espinal, sus problemas de salud y de movilidad no le impidieron participar como militante en la V asamblea de ETA y en la defensa del Proceso de Burgos en 1970, el juicio más mediático contra vascos de finales del franquismo.

Entre quienes acudieron ayer a Bilbo estaba el abogado Miguel Castells. 91 años, todavía en activo, toda una institución: «La defensa más noble de un abogado es la de un perseguido en un proceso político», apuntó. Castells, quien no ha perdido la facilidad de palabra, añadió que «la defensa es también la función más peligrosa para el abogado defensor: nunca corre tanto peligro como cuando defiende a políticos altruistas. A través de la persecución del abogado se persigue al altruismo».

«No deja de ser curioso que José Antonio empieza a ejercer prácticamente en el momento en que los juicios de ETA comienzan a ser juicios de ruptura», recordó. Lo conoció en el Proceso de Burgos, donde el bilbaino era el abogado de confianza de los 16 acusados: «Destacaba sobradamente por su agilidad mental, formación y cultura, entrega y perfecta comprensión de aquel juicio. Fue emblemático. A él le correspondió dar la voz desde la bancada de los abogados: ‘Señor Presidente, ¡este es un juicio político!’». Por cierto: «No es que pretenda que con Franco vivíamos mejor, pero a nosotros no nos echaban a los jueces y fiscales encima, cosa que sí hacen ahora con la Audiencia Nacional», añadió Castells. A ellos les deportaban, multaban... pero eran medidas gubernativas.

AQUELLA NOCHE

Hace 50 años, la noche del 2 de abril, el bertsolari Kepa Enbeita cenó con su amigo José Antonio Etxebarrieta. Entre los que se reunieron aquella noche a comer angulas estaba también Pepe Gorriti, el dueño de la Librería Bilbaina, situada en la Plaza Nueva. Era el lugar donde se reunían aquellos jóvenes inquietos, donde conseguían los libros prohibidos en el franquismo. En euskara, en una carta emocionante dirigida a su amigo, Enbeita hizo un retrato de una época oscura pero muy intensa, de un Bilbo donde se codeaban con Gabriel Aresti, Blas de Otero -«tenía una virtud extraña: se quedaba a cenar y antes de acabar siempre salía corriendo, nunca sin pagar la cena»-, Manuel Vázquez Montalbán cada vez que venía a la ciudad o Xabier Arzallus... «quien recibió varias defensas de nuestra gente por nuestra parte».



Declaraciones

«Están los abogados que aceptan la ley de forma casi dogmática y los que luchan contra la injusticias. No es el camino más fácil»

IRATXE URIZAR Abogada

«La defensa es la función más peligrosa para el abogado: nunca corre tanto peligro como cuando defiende a políticos altruistas»

MIGUEL CASTELLS Abogado

«Esta plaza es más que una plaza para nuestra familia. Es un referente también para mucha gente y para los vecinos del Casco Viejo»

AITZIBER IBAIBARRIAGA Sobrina