Ion SALGADO
DEBATE ELECTORAL

Tres modelos fiscales para definir el futuro de Araba

La fiscalidad marcó ayer el primer debate entre los y las candidatas a diputada general de Araba. EH Bildu y Elkarrekin Podemos defendieron un modelo «justo y equitativo», en el que pague más quien más tiene; el PP abogó por una bajada de impuestos, y PNV y PSE hablaron de realizar algún cambio, al tiempo que alabaron el «buen» sistema actual.

Los  participantes en el debate, en animada conversación.
Los participantes en el debate, en animada conversación. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Impulsar una reforma fiscal para aumentar la recaudación y garantizar los servicios públicos, reducir la carga impositiva a riesgo de perder recursos, o dejar las cosas como están, con unas normas tributarias que derivan del acuerdo alcanzado por PNV, PSE y PP hace casi seis años. Estas son las tres opciones que pusieron sobre la mesa los y las candidatas a diputada general de Araba en el debate organizado ayer por la asociación de jóvenes empresarios Ajebask en el Hotel Silken Ciudad de Vitoria. Una discusión económica en la que participaron Ramiro González (PNV), Eva López de Arroyabe (EH Bildu), Cristina González (PSE), Iñaki Oyarzábal (PP) y David Rodríguez (Elkarrekin Podemos).

El candidato de la derecha española fue el encargado de abrir el bloque sobre fiscalidad, censurando el aumento de la recaudación por parte de la Hacienda alavesa, que «se lo comerá la superestructura», en alusión a la Administración foral. A su juicio, «hay margen» para reducir el IRPF, tanto en los tramos máximos como en los mínimos, y para bajar dos puntos el Impuesto de Sociedades, hasta el 15% en el tipo general y el 13% en el aplicado a las pymes.

Además, abogó por eliminar los impuestos de Patrimonio, Sucesiones, Donaciones, Transmisiones y Plusvalías, y por aplicar una «tarifa cero» a los autónomos, siguiendo los pasos de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

La propuesta de Oyarzábal fue rebatida por López de Arroyabe, que criticó la «actitud irresponsable» del PP, formación que estampó su firma en el acuerdo fiscal de 2017, en el que ya se estableció una reducción significativa del Impuesto de Sociedades. Frente a ello, la candidata soberanista defendió una nueva reforma que tenga por objetivo lograr un modelo «más justo y equitativo», en el «pague más quien más tiene», para poder financiar unos servicios públicos de calidad.

«Tenemos un sistema fiscal absolutamente injusto, que no aborda el reparto de la riqueza ni consigue una recaudación suficiente para mantener los servicios públicos y para crear un fondo público de financiación, que es lo que realmente las empresas necesitan», señaló, incidiendo en el trabajo realizado por EH Bildu en el Congreso para aplicar nuevos impuestos a grandes empresas energéticas y a la banca, «que están teniendo unos beneficios extraordinarios y que tendrán que pagar de manera extraordinaria».

En la misma línea se pronunció Rodríguez, que hizo hincapié en que «el peso fiscal y recaudatorio ha de recaer sobre el que el más tiene. Sobre las grandes empresas, sobre el sector bancario y sobre el sector energético». Destacó que es necesario recaudar más para poder financiar políticas públicas en el sector cuidados, que «nos afecta a todos». «Necesitamos cuidados de calidad, que no es lo que tenemos hoy. No estamos preparados para el envejecimiento poblacional y, para ello, hace falta recaudar más y mejor, de una manera más justa», añadió.

CAUTELA DE PNV Y PSE

La idea de impulsar una reforma fiscal «justa y progresiva» no suscita demasiado interés entre los candidatos de PNV y PSE, las dos formaciones que participan en la Diputación. Cristina González, del PSE, afirmó que la fiscalidad tiene que ser «suficiente» para acometer las políticas públicas y subrayó que los tributos se tienen que «adaptar a las necesidades económicas, revisando las deducciones».

«Todo el mundo tiene que pagar y los que más ganan más tienen que pagar, pero también hay que ver qué deducciones hay en materia, por ejemplo, de transmisión empresarial», remarcó la candidata, indicando que «hay muchas cosas que tocar, pero la política fiscal es lo suficientemente seria como para ver qué efectos tiene en la recaudación y en los administrados».

El jeltzale Ramiro González empleó un argumento similar durante su intervención, asegurando que «quien tiene la responsabilidad de gobernar antes de hacer cualquier modificación fiscal hace números, y encarga estudios y análisis para ver cómo va a afectar a la recaudación».

«BUENO», NO «PERFECTO»

Llama la atención que, tras insistir en que Araba «tiene un buen modelo fiscal», el candidato a la reelección como diputado general reconociera que «la fiscalidad no es perfecta». «Lleva ya unos años de recorrido y ha llegado el momento de revisarla. ¿Qué revisión ha de hacerse? La que nos permita mantener la competitividad empresarial y los servicios públicos de calidad. [...] Veamos los números, veamos qué resultado han dado las dos modificaciones realizadas, tanto en IRPF como en Sociedades, y veamos qué decisiones tenemos que tomar», apuntó, dejando entrever que no se han analizado los efectos de la reforma vigente.

Esta declaración suscitó la réplica de López de Arroyabe: «Me sorprende que todavía no hayamos hecho la evaluación de la última reforma fiscal acordada entre el Gobierno foral y el PP y se valore, curiosamente de manera positiva, y semanas antes de disolverse las Juntas Generales se planteaba otra reforma fiscal. A mí eso me suena más a un anuncio publicitario de cara a las elecciones que a una voluntad política real».