EDITORIALA

La sequía también sirve para hacer campaña

El cambio climático es caprichoso y, además, sus efectos se dejan notar de manera aleatoria. Cuando la sequía se había convertido en tema de conversación, resulta que este año mayo parece abril, al menos en la vertiente atlántica del país, donde está dejando un buen registro de precipitaciones. Más delicada es la situación en la vertiente mediterránea de Euskal Herria, donde la falta de agua es notoria desde hace meses y ya ha arruinado cosechas, además de haber dejado sin forraje los campos.

La sequía siempre es una buena excusa para reunirse con los agricultores. Lo hizo el pasado martes la consejera de Desarrollo Rural del Gobierno de Nafarroa, Itziar Gómez, y lo repitió ayer la ubicua consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Ejecutivo de Iñigo Urkullu, Arantxa Tapia. Seguramente los agricultores y ganaderos agradecieron el gesto, puesto que, además de soportar las consecuencias de la sequía, tienen que hacer frente a los crecientes precios de los insumos. Pero más allá del gesto, las reuniones han carecido de contenido. El Gobierno de Nafarroa se limitó a informar a las asociaciones agrarias de las ayudas que había aprobado otro Ejecutivo, el de Madrid, relativas a la financiación en la contratación de un agroseguro, y otras destinadas a la ganadería. Por su parte, Arantxa Tapia comenzó ahuyentando fantasmas al recalcar que el abastecimiento para las personas no está en riesgo. Después se limitó a enumerar las cuestiones relativas a la sequía que analizarán con detenimiento sin precisar ninguna medida más allá de las ayudas puntuales a la compra de forraje aprobadas el año pasado. Ante la evidente falta de contenido, abogó por nuevos cultivos de forraje y «habilitar nuevos regadíos», precisamente lo que dicen todos los expertos que no hay que hacer, ya que su único efecto será agudizar el déficit de agua.

Entra dentro de lo previsible que los Gobiernos traten de utilizar cualquier cuestión coyuntural para hacer campaña electoral, pero al menos podían prepararse los temas con un poco de rigor y ofrecer algo más que palabras. Y atinar con el momento: hace un mes hubiera sido más acertado.