Daniel GALVALIZI
MADRID
Elkarrizketa
José María Olmo
Coautor de «King Corp»

«Alguien del entorno de Juan Carlos I nos ofreció 100 veces más dinero para no publicar»

José María Olmo relata las embestidas recibidas por las revelaciones del libro escrito junto a David Fernández, “King Corp”, un trabajo de investigación sobre las rutas del dinero, la caja B y las relaciones desconocidas del rey emérito español. La hija secreta, el amigo narco y la «voracidad patológica» por acumular dinero, todo está ahí.

(EDITORIAL LIBROS DEL KO)

Olmo ha indagado durante tres años en todo el entramado de negocios del rey emérito, «un business gigante que se hacía de espaldas a los españoles». El resultado de esa investigación se puede leer en “King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I” (Ed. Libros del KO). Parte de su contenido ya ha alcanzado titulares: el dato de la hija secreta extramatrimonial del monarca, Alejandra.

La noticia de una hija extramatrimonial no reconocida de un monarca: qué buena manera de empezar con la primera edición, ¿no? La noticia ha sido una bomba que el emérito ha desmentido.

En realidad, es un libro de principio a fin sobre el dinero, por eso se llama “King Corp”. Juan Carlos tenía un conglomerado enorme, era una especie de gran multinacional y tenía personas que trabajaban para él para procurarle todo tipo de dinero sin que se supiera. Hace más de dos años nos encontramos con esto de la hija. Encontramos que personas que han estado en la cocina de su vida B hablaban de su hija secreta. Hemos conseguido testimonios de personas no relacionadas entre sí y de otras que siguen en la vida del rey emérito y nos hablaron de ella.

Durante un tiempo dudamos si publicarlo o no porque no era un libro del corazón ni una biografía personal, pero creemos que los españoles tienen derecho a saberlo y que, además, resume muy bien cómo ha funcionado la monarquía desde la transición.

¿Por qué lo cree?

Porque es el ejemplo perfecto de por qué el rey tenía motivo para ocultar dinero. Él tenía una vida, la oficial, la que te contaban la agencia Efe y TVE, y luego había una enorme agenda oculta que ocupaba mucho más tiempo, en la que participaba un grupo de personas que compartía con él confidencias, secretos, generaban nuevas lealtades, un business gigante que se hacía de espaldas a la gran mayoría de los españoles.

Había que contar lo de Alejandra dándole la importancia justa, son unas pocas páginas, pero sabíamos que iba a ser lo que más impacto iba a tener, aunque no pensábamos que iba a ser tal avalancha. Hemos sufrido presiones brutales estas semanas, pero estamos orgullosos de haber sido valientes de haber publicado algo que cuestiona el régimen.

Cuando habla de presiones, ¿a qué se refiere? ¿Han sido tras conocerse la noticia o durante la investigación?

Bueno, nos hemos encontrado en el proceso de redacción del libro con situaciones… Nos han ofrecido multiplicada por 100 la suma de dinero del adelanto de la editorial para que no lo hagamos, para que no lo publiquemos.

¿Alguien cercano al emérito?

Sí, del entorno del rey, y es una persona que aparece en el libro. No quisimos ni escuchar la propuesta. Es un misterio para nosotros cómo esta persona se enteró, fuimos muy discretos.

Vamos al tema financiero. Si tuviera que explicarle a un extraterrestre en un párrafo cuál es el ilícito de Juan Carlos de Borbón, ¿qué diría?

Que durante muchos años recibió comisiones de empresas españolas por conseguirles contratos fuera y operaciones de las que participaba en el Estado, y estuvo trabajando de relacionista público de petroestados, sobre todo tiranías de la península arábiga, intentando convertirlas en naciones homologables por más que no respetaran los derechos humanos. Eso le reportó muchísimos beneficios, que le permitieron mantener un tren de vida que, obviamente, no podía cubrir con la asignación de los presupuestos, y para eso desarrolló todo un conglomerado empresarial que tenía diferentes secciones, que le gestionaba los vuelos privados, los relojes, las cacerías, los coches de lujo, el dinero oculto en Suiza... Y lo más importante: en esa estructura había una división de seguridad en la que había 3.000 agentes del CNI, que estuvo entero a su disposición, y también parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional, incluso a pesar de algunos efectivos, que tenían que proteger los secretos del rey. El objetivo era siempre machacar a quien pudiera desvelar esto. Eso tiene mucho que ver con la impunidad.

Usted dijo que el libro desvela nuevas rutas de operaciones inéditas del emérito. ¿Puede dar algún ejemplo?

Una que hemos desvelado es que, hasta ahora, se consideraba que el mexicano [Allen] Sanginés-Krause era un magnate que había pasado por la banca y que había decidido donarle dinero a Juan Carlos. Este mexicano está siendo investigado en un juzgado de Barcelona por entregarle al médico del rey, Manuel Sánchez Sánchez, 1,3 millones de euros mediante falsas ampliaciones de capital. Después de la abdicación, cuando el rey no tiene inviolabilidad, un íntimo amigo confiesa que el rey ha decidido que Krause se convierta en su testaferro, y es un dato muy relevante porque demuestra que esas no eran donaciones, sino que era dinero propio del rey.

También Froilán [nieto del emérito] y la infanta Elena recibieron dinero de este mexicano y lo hicieron parecer una donación, pero en realidad sería blanqueo de capitales. La Fiscalía lo debería investigar y lo dejó pasar. Esto da un giro a este caso que sigue abierto en Barcelona, porque Krause está pagando facturas del rey con dinero del rey. También hemos develado que hay motivos para pensar que el Palacio Tirso de Molina [en el centro de Madrid] es de Krause en el papel de testaferro del rey.

Después de todo lo que ha visto, ¿cree que Juan Carlos tiene crematomanía?

Creo que sí. Hay una voracidad patológica que no tiene explicación racional. Siempre ha tenido algo que lo ha llevado a una necesidad constante de acumular dinero y también de gastarlo. Tenía una patología continua de estar haciendo cosas para las que necesitaba una cantidad de dinero enorme y, después de la abdicación de 2014, que se produce muy en contra de su voluntad, él empieza a necesitar cada vez más dinero alternativo.

No le alcanzaba la vida para gastar todo el dinero que acumuló, pero también había una voluntad de dejar una herencia. Por ejemplo, el “Bribón” no se paga solo, nadie se pregunta cómo. El último “Bribón” que se botó en 2017, en el que navega, fue financiado por un antiguo banquero venezolano, José Álvarez Sterling, que vive en Londres, un hombre implicado en los 80 en la quiebra de dos bancos y uno de los mayores beneficiados de la expropiación de Rumasa. Es el armador del “Bribón”. Todo eso ocurre delante de nuestros ojos y se paga con dinero B.

De todas las operaciones de su caja B, ¿cuál le ha parecido la más surrealista?

Una son los coches, que él recibía de regalo y cuando se cansaba los vendía. Llegó a enfadarse con el grupo Mercedes Benz porque le habían regalado un coche de lujo que valía cerca de 400.000 euros y le pagaban el mantenimiento. Mercedes se hartó y dijo que no podían seguir manteniéndoselo, él nunca quería pagar las revisiones ni los impuestos ni nada. Tuvo que devolverlo, montó en cólera y le hizo la cruz al responsable de Mercedes en España.

Otra son los relojes, es coleccionista. Él tenía un listado de quién le había regalado cada reloj y, cuando volvía a reunirse con esa persona, se lo ponía para mostrárselo y le comentaba que había salido uno nuevo de esa marca, decía que lo estaba intentando conseguir, lo dejaba caer. El empresario ya sabía que lo que tenía que hacer era llevarle la próxima ese reloj.

Es bizarro todo esto. ¿Cuántos relojes tiene?

Estimamos que tiene más de 400. Tiene algunos que valen casi medio millón de euros, y el total en valor de la colección es, como mínimo, unas decenas de millones de euros. Sería bueno que la Policía Nacional vaya a Zarzuela e investigue el origen de esos relojes.

¿Quién es José Mestre Fernández, a quien nombran en el capítulo “El amigo narco”?

Es un empresario condenado por narcotráfico. Estuvo codeándose con la familia real en alguna oportunidad y casi todo lo que entraba o salía del puerto de Barcelona pasaba por su empresa. Fue detenido en el marco de una operación antidroga con conexión con el cártel de Sinaloa y, cuando fueron a su casa, los agentes alucinaron con la cantidad de fotos que había de Mestre con Juan Carlos. Eso era parte del lado oscuro del rey en Barcelona; para él ir allí era como entrar en un agujero negro, lejos de sus asesores, lejos de Madrid, desaparecía unos días.

Algo grave que narran es que utilizó sus contactos para asfixiar a “El Confidencial” económicamente por las publicaciones sobre su corrupción.

Sí, fue cuando Javier Ayuso ya estaba de jefe de comunicación de la Casa Real. “El Confidencial” empezó en 2012 a publicar cosas sobre Corinna y la Casa Real se puso muy nerviosa e intentó asfixiarlo económicamente. En una de las reuniones de los dircom del Foro de la Competitividad, donde están muchas empresas del Íbex, estuvo Ayuso y pidió que se estrangulara financieramente a “El Confidencial”. Las empresas estuvieron de acuerdo. Era una época en que el rey emérito tenía una influencia enorme y podía procurar muchos contratos. Tras una crisis que duró meses, la situación se restableció.

En cualquier democracia seria este libro sería una bomba informativa en muchos aspectos. Sin embargo, no parece tener el eco mediático y social que merece. ¿Lo ve así?

Creo que KO es una editorial independiente y el libro está funcionando bien. Podría tener un impacto mayor, pero estamos contentos. También vivimos rodeados de frivolidad y todo estalla y se acaba en cuestión de horas, a velocidad de vértigo.

Juan Carlos está en Abu Dabi y el rey ahora es Felipe VI, es otro tiempo. Para nosotros era importante que este libro saliera con él estando vivo y que lo leyera. Contamos un régimen que ha tenido graves problemas de higiene democrática. ¿Podíamos esperar otra cosa? No.