Agustín GOIKOETXEA
BILBO
MODELO POLICIAL EN CUESTIÓN

Erkoreka alimenta la tesis de la presión asindical sobre las centrales

El consejero de Seguridad alimenta la tesis de la presión del movimiento asindical a las centrales con representación en la Ertzaintza, tratando de abrir una brecha, algo difícil de aventurar dada la sincronía entre ambos colectivos. Mientras la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, denuncia que «alguien de fuera» agita el conflicto, Josu Erkoreka dice no conocer nada de «Ertzainas en Lucha».

Cientos de ertzainas se concentraron en Busturia a convocatoria de la mayoría sindical en la Ertzaintza.
Cientos de ertzainas se concentraron en Busturia a convocatoria de la mayoría sindical en la Ertzaintza. (Aritz LOIOLA | FOKU)

El PNV está empeñado en transmitir a la opinión pública la idea de que desconoce buena parte de los intríngulis del actual conflicto en la Ertzaintza, cuando la ha construido y dirigido durante cerca de 40 años. En un escenario inédito, el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, alimentó ayer la tesis de la presión del autodenominado movimiento asindical sobre la representación elegida por los agentes y la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, denunció que «alguien de fuera, sin nombre y sin cara, maneja todo eso».

En una entrevista en Bizkaia Irratia, la burukide lamentó que «muchos miembros» de la Policía autonómica, «quizá porque son más jóvenes», ya no consideran a la Ertzaintza «una institucional especial».

«Eso supone para mí, y quizá alguien diga que soy una nostálgica, que se iguala con cualquier otro cuerpo policial. Se debe igualar en salarios, y ya están por encima, y se debe igualar en condiciones laborales, y ahí también están mejor», aseveró.

Itxaso Atutxa consideró que es «grave» que, teniendo una «amplia» representación sindical, ertzainas «se sumen o estén bajo el mando de alguien que está fuera de ahí, de alguien que no tiene cara ni nombre, para utilizar todo eso contra el Gobierno vasco y el PNV».

En un tono más atemperado, a preguntas de los medios, Erkoreka aseguró que no conoce al movimiento asindical que ha adquirido un gran protagonismo en las últimas semanas, «solo a través de sus manifestaciones y expresiones públicas».

«No sé ni quiénes la integran ni cómo se organizan ni cómo toman sus decisiones ni cómo eligen a sus representantes o a sus portavoces, y menos aún quién puede estar en el origen del movimiento, quién puede estar auspiciándolo, con qué intenciones, si estrictamente sindicales o políticas de otra naturaleza», prometió. Por último, apostilló que, aunque lo supiera, «por prudencia» tampoco le correspondería hacer declaraciones al respecto.

El cruce de mensajes continuó y desde el Ejecutivo centraron sus esfuerzos en tratar de abrir algún resquicio entre los colectivos policiales y hacerse los ofendidos por las declaraciones de los cuatro sindicatos en respuesta al discurso del lehendakari el pasado domingo en Arkaute.

En la comparecencia posterior al Consejo de Gobierno celebrado en la Torre Madariaga, en Busturia, el consejero de Seguridad llamó a las centrales a que vuelvan a la mesa de negociación y se sacudan la presión de «Ertzainas en Lucha», que estima tienen «atemorizados y atenazados» a Erne, Esan, Euspel y Sipe. Lo dijo mientras en el exterior cientos de agentes se manifestaban convocados por la mayoría sindical en el cuerpo para pedir a gritos su dimisión.

Josu Erkoreka declaró que la actitud de su Departamento «sigue siendo exactamente la misma». «Si los sindicatos quieren retomar la negociación, estamos abiertos a retomarla en los términos en los que se dejó», apuntó.

«TEMOR REVERENCIAL»

El consejero dijo entender que los sindicatos, por una parte, «expresen ese temor reverencial ante el movimiento asindical, que ejerce presión fuerte sobre ellos», y comprende que en ocasiones «expresen diferencias radicales entre lo que comentan en privado y lo que después manifiestan en público».

No obstante, manifestó que «esto no altera la voluntad del Departamento ni su disposición a seguir negociando en los términos razonables en los que tiene que desarrollarse una negociación cuando se habla de una disponibilidad de los recursos públicos».

«Yo creo que a los gestores públicos se nos exige responsabilidad a ese respecto, y ese es un factor con el que tenemos que contar necesariamente a la hora de afrontar una mesa de negociación», reafirmó.

Para Unai Garabieta, portavoz de la mayoría sindical, el Ejecutivo «no puede descargar la responsabilidad de todo lo que está ocurriendo en ‘Ertzainas en Lucha’». «Hay un Gobierno y un Departamento que han mantenido una sordera durante 12 años y lo que está ocurriendo ahora es un producto de esa sordera», incidió el sindicalista de Esan.

«ENQUISTAMIENTO INSOSTENIBLE»

Garabieta explicó que la representación de los ertzainas solicitan la apertura de una «verdadera negociación» con el único fin de «acabar, de una vez por todas, con un conflicto laboral que se va extendiendo durante más de diez años y ha llegado a un punto de enquistamiento insostenible, al que hay que poner fin».

En la rueda de prensa, Erkoreka calificó de «dislate absoluto» que Erne, Esan, Euspel y Sipe hayan acusado al lehendakari de haberles «declarado la guerra», y les pidió que retiren esas palabras.

«Sería bueno que, además de retirar esa expresión, se abandonaran también otras expresiones, otro tipo de recursos lingüísticos que se vienen utilizando también en un tono faltón, descalificador e impropio de una relación o institucional o civilizada», apuntó sobre las críticas a su Departamento.

El portavoz sindical respondió que no le declaran «la guerra a nadie», aunque se quejó de la «falta de empatía» del Ejecutivo hacia los agentes. «Se nos pretende presentar ante la sociedad como auténticos irresponsables, como personas que no quieren alcanzar un acuerdo y que nos movemos cómodos en ese enfrentamiento, y nada más alejado de la realidad», aclaró.

En referencia a las declaraciones de Urkullu en la Academia de Arkaute, advirtiendo a la Ertzaintza de que «no puede perder el respeto de la sociedad», Garabieta consideró que el lehendakari «tampoco ha de abstraerse a la imagen del colectivo». En ese sentido, interpeló a Urkullu si la Ertzaintza es «ajena al Gobierno Vasco». «Si la Ertzaintza da mala imagen será que también al menos una parte del Departamento o del Gobierno vasco está dando mala imagen», subrayó, para afirmar que «eso también implica reflexión por las dos partes».

«Acabando con este enfrentamiento gana la sociedad, gana la Ertzaintza, gana el Gobierno y ganamos todos», incidió el portavoz sindical.



Eluden pronunciarse sobre los 1.100 euros

Los sindicatos Erne, Esan, Euspel y Sipe evitan pronunciarse sobre la reclamación del autodenominado movimiento asindical de que los agentes de la escala básica vean incrementados su salario en 1.100 euros mensuales. No lo eludió el consejero de Seguridad, que manifestó que «cada persona en paro, cada ciudadano desde su perspectiva profesional podrá valorar si es justa o no».

Unai Garabieta, portavoz de la mayoría sindical, indicó que «cada uno puede ir con una reivindicación» y criticó que, «en cualquier caso, se ha intentado pervertir el debate centrándolo en cosas muy concretas», cuando «las cuestiones de la negociación se tienen que arreglar en la mesa».

En la misma línea, aseguró que los ertzainas no son personas «alejadas de la realidad social, sabemos cuál es la situación por la cual atraviesan los trabajadores en Euskadi y no hablamos por hablar». De cualquier modo, señaló que «quienes han puesto 1.100 euros encima de la mesa tendrán que explicar por qué han puesto 1.100 euros», pero «esto se tiene que arreglar en una mesa, no podemos seguir así».

Garabieta expuso que «Ertzainas en Lucha» les trasladaron su plataforma reivindicativa después de que el Departamento de Seguridad aceptase la legitimidad de su representación. «Nosotros hemos mantenido reuniones con ellos, nos han trasladado una serie de documentos, nos hemos comprometido a que lo recogen esos documentos darle traslado al Gobierno y así lo hemos hecho», reiteró.

«Aquí hay un problema innegable, que llevamos 10-12 años sin acuerdo regulador y no se puede permitir desviar ese debate ante un problema que es bien evidente. El resto es querer desviar la atención ante una situación que ya se ha prolongado demasiado en el tiempo», insistió el sindicalista al exponer el contexto.A.G.