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La nave espacial Starship de SpaceX despega, llega al espacio y explota minutos después

El cohete Starship de SpaceX despegó con éxito en su segundo vuelo de prueba en Boca Chica (Texas), llegó al espacio por primera vez, pero explotó minutos después del lanzamiento a causa de un «rápido desmontaje no programado». Su dueño, Elon Musk, que cree que un día colonizará Marte, no habló de fracaso, sino de éxito por lo aprendido.

El cohete Starship despega desde el sitio de lanzamiento Starbase,  propiedad de Elon Musk, cerca de Boca Chica (Texas).
El cohete Starship despega desde el sitio de lanzamiento Starbase, propiedad de Elon Musk, cerca de Boca Chica (Texas). (Timothy A CLARY | AFP)

El sistema de cohetes Starship, de 120 metros, el más potente jamás construido, falló en una primera prueba de vuelo el pasado mes de abril, cuando la nave espacial pulverizó la plataforma de lanzamiento durante el despegue y luego explotó en altitud. Aquella prueba fallida se considerada un paso muy importante para el cohete, diseñado para transportar a personas a la órbita terrestre, la Luna y Marte y que se compone de una nave (Starship) y un propulsor (Super Heavy Rocket) integrados. Ayer, Starship llegó al espacio por primera vez en un vuelo no tripulado planificado de 90 minutos, pero como se vio en las imágenes, experimentó problemas, un «rápido desmontaje no programado».

La nave más grande y más poderosa del mundo en alcanzar el espacio, por tanto, en su segundo intento, despegó para explotar minutos después. Estaba previsto que el monumental cohete Starship, con el que cuenta la NASA para su programa Artemis de regreso a la Luna, diera una vuelta casi completa a la Tierra en el plazo de una hora y media antes de caer en el Pacífico, cerca de Hawai.

UN HITO EN SÍ MISMO

El despegue de Starship sobre su enorme propulsor Super Heavy, de 33 motores Raptor, se llevó a cabo en Boca Chica (Texas). Menos de tres minutos después del despegue, ambas partes se han separado con éxito gracias a un sistema de irrigación de agua adoptado tras el fallo de abril. SpaceX había anticipado que el reto de este sábado era esa separación y ha aclarado que un eventual nuevo fallo en el lanzamiento contribuía a reunir más información para hacer nuevos ajustes. Pero aunque ha avanzado en el proceso, este intento ha terminado igualmente con una explosión cuando se encontraba a unos 145 kilómetros de la Tierra.

El Starship esperaba alcanzar velocidades cercanas a la orbital en esta vuelta, para estar mucho más cerca de aprovechar completamente su potencial. La meta de la misión era alcanzar una órbita cercana. Pero solo dos minutos después de uno de los lanzamientos más emocionantes de los últimos años, «el mayor cohete jamás creado» empezó a dar problemas.El propulsor Super Heavy apagaba sus motores, tal y como estaba previsto, pero Starship no conseguía separarse de él. Pérdida de control, giros sobre sí mismos para, finalmente, caer al mar.

EMOCIÓN Y DESILUSIÓN

Estrellándose en el mar, Starship tiene más de éxito que de fracaso. El mundo ha sido testigo de cómo el mayor cohete de la historia, un monstruo reutilizable con la altura de un edificio de 40 pisos, se levantaba del suelo y comenzaba a volar. No solo eso: el conjunto superaba, al parecer que sin muchos problemas, el Max Q, el momento de máxima presión aerodinámica; la estructura integrada aguantaba sin romperse incluso después de haber perdido el control. Son cuestiones a tener muy en cuenta.

Según ha adelantado la compañía SpaceX, tanto trabajo y desarrollo, cada fase del lanzamiento que supera la nave, debe ser considerada un éxito en sí mismo. Ese es su discurso, mantenerse en ese complicado equilibro entre la emoción exagerada y la desilusión, afirmando que «el éxito de esta prueba se medirá por cuánto podemos aprender de ella».

Hay un parte de marketing y de gestión de las expectativas en ello, pero también una parte de verdad. Porque la historia espacial está llena de éxitos, sí; y también de «fracasos». SpaceX, en poco más de una década, ha pasado de hacer las primeras pruebas de sus cohetes reutilizables a hacer 60 lanzamientos al año