Impulso a un registro de víctimas y victimarios de abusos a menores
El Parlamento de Gasteiz aprobó ayer por unanimidad un catálogo de medidas sobre la violencia sexual contra menores que incluye un registro de víctimas y victimarios, además de actualizar los protocolos para evitar esta forma de violencia y atender a quienes la sufren.
El Pleno del Parlamento de Gasteiz reclamó ayer, por unanimidad, la creación de un registro con datos de menores de edad que hayan sido víctimas de abusos sexuales y de sus victimarios.
Esta demanda forma parte del informe de la ponencia del Parlamento que, a lo largo de dos años, ha analizado fórmulas para establecer medidas de prevención, verdad y reparación en los casos de abusos sexuales contra menores.
El texto de la ponencia constata la existencia de los abusos sexuales contra la infancia y reconoce «el vacío institucional y social que ha rodeado a esta violencia». Además, subraya que «todo ello ha acarreado un silencio impuesto a las víctimas que ha agravado su situación».
Con el fin de combatir esta forma de violencia y mejorar la asistencia y reparación a quienes la padecen, el informe incluye una serie de recomendaciones. Entre ellas, crear «un registro con datos de víctimas y victimarios», en el que también se incluirían los datos de abusos «cometidos entre iguales».
Tras precisar que en la CAV no existe este tipo de fondo documental, el informe establece que «con la salvaguarda de la protección de datos y la confidencialidad sobre datos personales», un archivo de estas características «podría recoger datos anonimizados» referidos a cuestiones como el área de la que procede la notificación del abuso -sanitaria, escolar o familiar-, el tipo de abuso sexual notificado, el herrialde en el que se ha dado a conocer, así como el nivel de intervención que se haya realizado al respecto.
ACTUALIZAR PROTOCOLOS
Por otra parte, se constata la necesidad de una «actualización y evaluación» de los protocolos para evitar este tipo de abusos y asistir a quienes los padecen. El informe plantea que cada centro -tanto educativo como sanitario- pueda adecuar y trabajar su propio protocolo teniendo como base los elaborados por parte de cada departamento.
En todo caso, el informe advierte de que se precisa una formación «específica y adecuada a la realidad» en los centros educativos para el conocimiento del protocolo tanto del profesorado como del personal de apoyo y de las asociaciones de madres y padres.
Asimismo, se pone de relieve que «es importante no olvidarse de los espacios de tiempo libre, deporte y cultural», sobre los que se indica que también tienen que contar con protocolos y pautas de trabajo «que erradiquen las posibles violencias y/o abusos».