Raimundo FITERO
DE REOJO

Perfil encalado

Hasta los más refractarios al botijo lleno de edulcorados deseos comercializados entendemos que no va nada mal juntarse con amigos, cuñadas, nietas en movimiento perpetuo, encargados de contabilidad o amigo desplazado con nostalgia y soledad por estas fechas en las que suenan campanitas desde campanarios o desde ministerios. Podemos abstraernos con los regalos o el precio de los berberechos frescos, pero la vida política y económica nos coloca ante todas las paradojas que caben en cuarto y mitad de turrón de frutas.

Ha sido en Praga donde un individuo ha realizado una matanza y después se ha suicidado. Tenía un arsenal de fusiles. En el centro del centro de Europa, y no sabremos nunca con precisión las motivaciones que ha tenido para quitarle la vida a una docena de seres humanos, dejar heridos a otros cuantos por la simple cuestión de ser muy fácil tener armas en su casa. Y acumulaba unas cuantas. Matar debe ser un ejercicio subliminal. Y si se mata para matarse, ¿qué dioses manejan esa juerga de desconexiones entre el aliento de vivir y el impulso de matar?

Puede que sean asuntos religiosos. Porque la presidente italiana Meloni ha puesto en marcha una ley de «símbolos religiosos» que te puede excluir de muchos asuntos administrativos si no pones un belén dónde y cómo corresponda. Se empieza por ahí. El posfascismo, neofascismo o autoritarismo en auge se manifiesta de muchas maneras. La más explícita y de mayor proyección de futuro es la escalada violenta de palabra y hechos de Vox tan bien encalada por el PP y sus voceros.