El restaurado puente de Bereau, entre Lesaka y Etxalar, se inauguró ayer, después de unas obras de año y medio de duración y 689.010,83 euros de coste. Además de servir de paso peatonal y de bicicletas entre las dos orillas del Bidasoa, es un bien histórico-artístico de origen medieval vinculado al comercio del mineral de hierro y la ferrería, documentada en el siglo XIV y activa todavía en 1830. Por este camino del Bidasoa, entre los siglos XIII y XV, circulaban hacia los puertos guipuzcoanos el hierro de las ferrerías de Larraun, Leitza, Areso, Goizueta, Bortziriak, Basaburua, Deneztebe y Luzaide, además de productos agropecuarios como trigo, vino, aceite, lana, cuero y cáñamo. Las importaciones eran sobre todo productos como pescado fresco y seco.

El puente, de grandes dimensiones y de perfil ligeramente alomado, salva el cauce mediante cuatro arcos semicirculares jalonados por tres tajamares con sus pilas. La piedra empleada en su construcción es una caliza de color gris oscuro. Aparte de recuperar la configuración de esta construcción, han realizado labores de conservación para garantizar su durabilidad.