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GAZA
EL INFIERNO EN GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Las fosas comunes del hospital Nasser atestiguan el horror sionista

Los cientos de cuerpos que siguen apareciendo en las fosas comunes del hospital Nasser, en Jan Yunis, como ocurrió en el de Al-Shifa, atestiguan el horror provocado por un Ejército israelí que ha convertido a los hospitales en objetivo militar y a los civiles en sus principales víctimas. El Comisionado de Derechos Humanos de la ONU denunció el clima de impunidad que lo permite.

Trabajadores de Defensa Civil, con los cuerpos exhumados en las fosas del hospital Nasser.
Trabajadores de Defensa Civil, con los cuerpos exhumados en las fosas del hospital Nasser. (AFP)

La mayoría son cuerpos de niños y mujeres, civiles gazatíes muertos cuando las tropas israelíes tomaron militarmente el hospital Nasser, en Jan Yunis, y enterrados de forma colectiva durante el asedio. Algunos han aparecido mutilados. Otros hallados con las manos atadas y sin ropa.

Al menos ya han sido exhumados 340 cadáveres de varias fosas comunes en los patios del hospital de donde las tropas israelíes se retiraron a principios de abril.

Las víctimas fueron enterradas profundamente en el suelo y cubiertas con desechos. Tras la recuperación el lunes de 210 cuerpos en una primera fosa hallada, ayer se descubrieron tres fosas comunes con 35 cadáveres más.

Son algunos de los casi 8.000 cuerpos que siguen bajo toneladas de escombros en toda la Franja y que no forman parte de la cifra oficial de 34.183 gazatíes muertos en 200 días de ataques, el 72% de ellos mujeres y niños.

Las autoridades gazatíes estiman en unos 2.000 los desaparecidos como consecuencia del ataque israelí al centro sanitario. «No se sabe si fueron detenidos o han muerto, y sus cuerpos han sido escondidos», estimó el Gobierno. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo estar horrorizado por la destrucción de los dos mayores hospitales de Gaza, Al-Shifa, y Nasser, y por el descubrimiento de estas fosas comunes, y pidió una investigación independiente con participación internacional ante el actual «clima de impunidad».

Türk recordó que el ataque a hospitales y matar intencionalmente a civiles, detenidos y otras personas ajenas a los combates es un crimen de guerra.

El Ejército israelí respondió indicando que la afirmación de que «enterró los cuerpos palestinos no tiene fundamento», aunque reconoció que había examinado algunos de los restos «enterrados por los palestinos en la zona del hospital Nasser» en un intento de localizar los cuerpos de los cautivos retenidos en Gaza desde el 7 de octubre. La reacción de enturbiar la información aunque posteriormente se desmienta se asemeja a la versión sobre la matanza de personas en los repartos de comida; el bulo de los bebés decapitados y las violaciones en masa; la Unrwa como organización de Hamas; el bombardeo del hospital Al-Ahli, y los hospitales de Gaza que sirven como centros de mando de Hamas.

El caso es que los hospitales de la Franja han sido duramente atacados por Israel y la propia oficina de Türk indicó que la cifra de 200 personas muertas en el último asalto al hospital de Al-Shifa que dio el Ejército israelí podría estar subestimada.

Asimismo, Türk denunció que los últimos bombardeos israelíes contra la ciudad de Rafah han tenido como objetivo los civiles. «Las últimas imágenes de un bebé prematuro sacado del vientre de su madre agonizante y de dos casas adyacentes en las que murieron 15 niños y mujeres van más allá de la guerra», denunció. Türk recordó que los bombardeos de la última semana contra viviendas en Rafah han matado a decenas de personas, casi todos niños y mujeres que buscaban refugio en esta ciudad. En este sentido, hizo hincapié en que «cada diez minutos un niño muere o resulta herido».

Igualmente, denunció las violaciones imparables de derechos humanos en Cisjordania y los ataques masivos por parte de colonos, facilitados por las fuerzas de seguridad israelíes, con ejecuciones extrajudiciales y el uso de palestinos desarmados como «escudos humanos» en operaciones como la más reciente de Tulkarem, acompañada de decenas de detenciones y malos tratos y una destrucción sin precedentes.