Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA

El límite de París a la entrada de tabaco se notará en los estancos de la muga

Tras la aprobación, en otoño del año pasado, del nuevo plan destinado a combatir el tabaquismo, el Gobierno francés ha actualizado también las normas relativas a la importación de tabaco. Los consumidores deberán respetar los nuevos límites que, desde este martes, se dejarán sentir en la actividad de los estancos próximos a la muga.

Agentes informan a un conductor de la nueva norma en el  paso de Dantxarinea.
Agentes informan a un conductor de la nueva norma en el paso de Dantxarinea. (Oihana DAGUERRE | MEDIABASK)

Los medios de comunicación han dado eco, estas últimas últimas semanas, a incautaciones en la muga en operaciones previas a la entrada en vigor, hoy, de la nueva reglamentación sobre entrada de tabaco procedente de estados miembros de la Unión Europea.

Se trata de adaptar una directiva europea que el Gobierno francés trasladó a su ordenamiento jurídico el mes pasado, sin que se aclarara completamente cómo se concretaría la anunciaba limitación a la importación de tabaco. Una normativa con implicaciones claras para los consumidores del norte del Bidasoa, pero también para los vendedores que les aprovisionan de tabaco en los estancos más cercanos a la muga.

A partir de este martes, 30 de abril, el Gobierno francés, que presentó en otoño su último plan contra el tabaquismo, que incluye restricciones de espacios para las personas fumadoras y subidas escalonadas que situarán en 2026 el precio de la cajetilla en 13 euros, incidirá en la cuestión de la importación de tabaco.

Un comercio que, alimentado por la diferencia de precio a ambos lados de la muga, ha florecido de manera importante en los últimos años en los pasos que conectan ambas orillas del Bidasoa.

ABRIR ESTANCOS

Por incoherente que ello pueda parecer, es posible endurecer las restricciones a los malos humos mientras se aprueban nuevas concesiones de puntos de venta de tabaco. Es el caso de Nafarroa que, por efecto de las licitaciones del Ministerio español de Hacienda, pasó a contar en 2023 con ocho nuevos estancos en la zona de la muga. Así, se aprobó en este herrialde la apertura de dos nuevas expendedurías de tabaco en Dantxarinea y de tres más en Bera. Urdazubi, Luzaide y Pekotxeta (barrio de Luzaide) ganaron a, su vez, un nuevo estanco.

Mientras, en Gipuzkoa, se repartieron tres nuevas concesiones, dos de ellas en Irun y una tercera en Donostia.

Los vendedores de Ipar Euskal Herria denuncian como «competencia desleal» la diferencia abismal de precios, pero también ese aumento de puntos de venta. Mientras, en la orilla sur, la clientela no ya de Ipar Euskal Herria, sino la llegada de latitudes más lejanas de la geografía francesa, llena las cajas de los estancos.

Por su tamaño y moderno aspecto, esos comercios se asemejan más a autoservicios que a los estancos de antaño. Y en sus alrededores, los aparcamientos aparecen, cada jornada festiva al norte de Euskal Herria, repletos de coches, pero también de autobuses.

CUATRO CARTONES

Esa clientela deberá tener en cuenta la nueva norma que aplicarán las aduanas francesas: cada particular podrá importar a lo sumo cuatro cartones de cigarrillos.

Los servicios estatales galos eligieron un paso clave, Dantxarinea, para la presentación, la semana pasada, de la norma que regirá a partir de hoy. En ese acto, con exhibición incluida a cargo de los aduaneros, tomó parte Thomas Cazenave, ministro de Cuentas Públicas, lo que evidencia la doble dimensión, sanitaria pero también económica, que se deriva de las políticas relativas al tabaco. Fue el jefe de Aduanas de Baiona, Sébastien Mugica, el encargado de lanzar el mensaje a los fumadores. «A partir de ahora, por encima de cuatro cartones, consideraremos que hay compra con fines comerciales», advirtió.

Segunda consideración a tener en cuenta. Esos cuatro cartones de tabaco deberán contener tabaco de la misma marca, ya que, se entiende que la persona fumadora consume siempre el mismo producto.

Más allá de esta cifra y hasta diez cartones, los infractores tendrán que pagar una multa de 250 euros. A partir de diez cartones, la multa engordará con las tasas e impuestos que aplican los servicios fiscales galos a los cigarrillos.

La nueva reglamentación evoca hasta una docena de indicios que podrán considerar los aduaneros a la hora de discernir entre el consumo particular y el comercio ilegal de tabaco. Uno de ellos será el ya citado de que el particular adquiera clases diferentes de tabaco, pero habrá otros criterios como que sobre los cartones figuren nombres o direcciones de destinatarios que no coincidan con el de la persona que ha adquirido el tabaco.

También se tendrá en cuenta la ubicación de esos paquetes ya que el intento de disimular el producto en habitáculos poco visibles del vehículo puede llevar a los aduaneros a concluir que la compra está destinada a fines comerciales.

Dentro de la ya citada campaña previa a la aplicación de la nueva reglamentación, el Servicio de Aduanas de Baiona informaba de la incautación de 8,5 toneladas de tabaco en solo una semana. Ello en el marco de una operación global que se saldó con 20 toneladas de tabaco aprehendidas en el conjunto de los puestos fronterizos bajo vigilancia francesa.