Mini o maxi
Las autoridades inducen a decisiones rotundas que acaban cooperando a un consumo que se insinúa responsable pero que hay dudas de sus efectos. Me refiero a asuntos tan importantes como son encontrarse en las cafeterías envases mini, con dosis de tomate y de aceite. En ciertas legislaciones se empieza a cuestionar el uso de sobres de kétchup y de mostaza y la desaparición de los mini botes de champú, acondicionador y gel de baño en los hoteles.
Estas medidas mini que dosifican hasta extenuación, desde algunos lugares de decisión desconocidos, lo que se considera lo oportuno, adecuado, económicamente rentable para nuestro cabello, nuestro uso de aceite más o menos de calidad, lo mismo que los acompañamientos de hamburguesas o perritos calientes. Todo ello se enmarca en un debate silencioso entre el uso de productos a granel y la sobreexposición del planeta a los plásticos en todas sus versiones y todo lo que he referido hasta ahora se envasa en plástico. Sigo divagando en estéreo.
Pero hay una cifra que no soy capaz de asimilar sin entrar en profundidades métricas, espaciales y de concepción de lo que es un espectáculo en vivo y en directo. Me remito a la actuación de Madonna en Río de Janeiro, concretamente en la playa de Copacabana donde los cronistas aseguran que por lo menos un millón y medio de personas siguieron sus canciones, bailando, cantando y demás. Nos muestran imágenes y, de verdad, son asombrosas, hay multitud de personas, pero esa cantidad me parece una maxi exageración. Es casi imposible de hacerles llegar el sonido en directo.
Moreno y Lisci, dos trayectorias de menos a más en Osasuna

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»

«Gizarte aldaketa handi bat» eskatu du euskararen komunitateak

ASKE TOMA EL TESTIGO DEL HATORTXU EN ATARRABIA
