Raimundo FITERO
DE REOJO

Exhibiciones incalificables

Ayer tomó posesión Vladimir Putin por quinta vez como gran conductor del pueblo ruso. Sin entrar en demasiados detalles, ni pretender entender el proceso electoral o cómo se llame todo lo sucedido hasta este momento, lo más impresionante fue un vídeo en el que se le ve saliendo de un despacho, ir con paso firme por un largo pasillo, subir y bajar escaleras realmente impresionantes, atravesar puertas historiadas, estancias con unas lámparas fantásticas, pisar una moqueta espectacular, saludar a algunas de los cientos de personas que se iban agolpando en esas salas del Kremlin hasta llegar a un atril donde muy sereno, con la cara muy perfilada, dar un discurso imperial. Es una secuencia televisiva de gran formato, de una calidad narrativa audiovisual que escapa a cualquier catalogación. Una auténtica exhibición de poder. Para contrarrestar se nos cuenta que han detenido a dos agentes rusos que intentaban asesinar a Zelenski. Sin comentarios.

El ejército, los servicio secretos, las fuentes de manipulación israelís nos ofrecen imágenes tomadas desde los blindados que han entrado en Rafah, en la frontera con Egipto, donde se les ve pisoteando letreros inanes de todo tipo y derribando mástiles con banderas palestinas. Es una exhibición indecente de terrorismo. No hay otro objetivo que demostrar su capacidad de destrucción, de enseñar su fuerza bruta militar, de instaurar el miedo. ¿Qué objetivos militares buscan? Ninguno. Es su plan de exterminio. Y la comunidad internacional ve esos vídeos atroces y ni siquiera reza. Calla. Se llama complicidad. Las universidades responden.